Hablar
sobre el tema de los estados alterados de consciencia y su importancia en la
magia y el trabajo psíquico es un tema un poco elusivo – todos parecen hablar
de la importancia de alcanzar un estado de conciencia alterado pero precisar
qué los hace tan codiciados parece ser un poco más difícil. Puesto que existen
literalmente infinidad de fuentes que hablan acerca de ellos (además de que ya
hablé antes acerca de aspectos específicos dentro de los estados alterados,
incluyendo trabajo de trance y meditación), supongo que sólo mencionaré algunas ideas al respecto.
Se sabe que nos movemos en un
estado habitual de consciencia conocido como beta, que también es conocido en algunos círculos – particularmente
de carácter chamánico – como estado
ordinario de conciencia. Sin embargo,
con este estado, que es el que nos permite relacionarnos con el mundo cotidiano
y vivir con los pies en la tierra, coexisten otros llamados estados no ordinarios de conciencia, y
que incluyen los estado alfa, theta y
delta (aunque estos no son los únicos
estados alterados, son los más conocidos). Nuestras ondas cerebrales oscilan a lo largo
del día de manera fluida y natural entre los estados ordinarios y no ordinarios
de conciencia (bien sea durante el ciclo del sueño o cuando caminamos por la
calle y de repente nos abstraemos pensando en sólo el Cielo sabe qué…) por lo
que forman parte de la estructura mental.
En lo referente a la frecuencia
cerebral correspondiente a cada estado, se presentan a continuación algunas
guías. Mientras más baja la frecuencia, mayor es el grado de relajación físico
y mental alcanzado:
· * Beta (de 14 a 30 hertz aprox-)
· * Alfa (8 a 13 hertz)
· * Theta ( 5 a 8 hertz)
· * Delta (menos de 5 hertz)
A modo de curiosidad, existen
también las ondas gamma, por encima
del nivel beta y que son consideradas
también como estados alterados, por lo que algunas experiencias psíquicas
profundas tienen lugar aquí, incluyendo experiencias místicas que pueden ser
difíciles de controlar.
Pues bien, la importancia de los
estados no ordinarios de conciencia es precisamente que los fenómenos y
experiencias místicas y mágicas, así como las habilidades psíquicas se
manifiestan en ellos. De hecho, tales experiencias y fenómenos necesitan que la mente se encuentre en
estado alterado para poderse manifestar cómodamente, posiblemente por la
estrecha conexión entre la mente subconsciente y la energía psíquica (que
incluye las emociones, la programación que tenemos sobre el mundo, aquello que
deseamos y anhelamos en un nivel no sólo intelectual sino incluso hasta
visceral): mientras más activa se encuentra la mente, suele ser más difícil
prestar atención a lo que nuestro subconsciente intenta decirnos. Todos hemos
tenido oportunidad de experimentarlo de primera mano, en alguna situación en
que pensábamos constantemente sobre un problema tratando de encontrar una
solución, sólo para encontrarla una vez que decidíamos tomar un respiro y
tranquilizarnos. De todos modos, en
ocasiones nos encontramos en un estado beta y podemos tener intuiciones o como algún
amigo mío le gusta llamar, “chispazos proféticos”.
La gran mayoría de habilidades
psíquicas y trabajos mágicos suelen ocurrir entre los niveles alfa y theta – desde
intuiciones hasta proyecciones astrales, pasando por psicocinesis y divinación,
desde la proyección de la consciencia al Otro Mundo hasta las meditaciones
guiadas y el trabajo Oracular (estos tres últimos incluidos dentro de la
categoría específica de trabajo de Trance) -, mientras que el estado delta
suele estar más asociado con el sueño profundo y el coma, por lo que como que a
primera impresión no parece ofrecer muchas ventajas prácticas. Debe señalarse
que en el nivel Theta las experiencias e impresiones psíquicas pueden ser más
intensas y emocionales, si bien estas dos características NO son indicadores
exclusivos de eficacia. Además, no todas
las experiencias requerirán el mismo nivel de alteración de la consciencia. Para
ciertos trabajos, basta un estado alfa ligero, mientras que para otros un
estado theta es lo más idóneo.
¿Cómo alcanzar un estado no
ordinario de conciencia? Hay infinidad de métodos para lograr esto, y podría
escribirse literalmente libros enteros y
cientos de artículos al respecto (y tal vez me anime algún día a ello). Una
referencia dentro de la Brujería contemporánea incluye los “ocho caminos para
generar poder” propuestos por Gardner. Algunos métodos como la respiración, la
meditación y el aislamiento se consideran “inhibitorios” pues calman el cuerpo
y la mente y guían a la persona a un estado alterado de manera gentil, mientras
que otros métodos como el sexo, el baile y el dolor se consideran “de
exposición” ya que conducen al estado alterado a través de la generación de energía
y la estimulación del cuerpo. Las formas
inhibitorias suelen ser más fáciles de dominar, sobre todo al inicio por lo que
suelen ser las más enseñadas, pero la preferencia por un método u otro está
vinculada a la personalidad de cada uno. La idea es que a medida que se
adquiere dominio de las formas más sencillas (aunque igual demandan práctica y
entrenamiento) el practicante puede empezar a explorar e incluir en su trabajo
formas más avanzadas.
El truco más fácil que aprendí fue cerrar los
ojos y enfocarme en la respiración por un minuto (pareciera que en ese tiempo
el cerebro empieza a generar automáticamente ondas alfa). El cuerpo suele dar señales de que nos
encontramos en un estado alterado, incluyendo sensaciones de calor o frescura
repentina, serenidad, sensación de ligereza o de pesadez (personalmente, siento
como si me hundiera), sensación de flotar, el deseo de permanecer en ese
estado/postura.
En la práctica, muchos encuentran
útil entrenar su habilidad para acceder a estados alterados al despertar o
antes de dormir, pues la mente ya se encuentra más receptiva al estado alfa (o
bien estamos saliendo de él o entramos en el mismo). Igualmente, es útil recordar que la mente
tiende a funcionar en modo diferente en estados alterados (sé que suena obvio,
pero igual): la memoria es de las primeras funciones afectadas, por lo que
experimentamos en estado alterado tenderá a olvidarse con facilidad al volver a
nuestro estado ordinario de consciencia (siempre recuerdo en este punto todas
esas advertencias y consejos sobre anotar los sueños proféticos y llevar un
registro de lecturas psíquicas).
La visualización también suele
verse afectada de manera positiva. Al estar en estado alterado, podemos decir a
nuestro subconsciente que deseamos “ver”
determinada cosa, y curiosamente la imagen surgirá en modo más vívido,
sin tener que forzarlo tanto (he encontrado que esto tiene la ventaja adicional
de mostrar la percepción que mi subconsciente tiene sobre un tema u objetivo en
el que trabajo, en contraste con la imagen que tengo del mismo a nivel
consciente, y comparar ambas puede ofrecer información valiosa acerca de
nosotros mismos). Esto nos conduce al siguiente punto: el trabajo en estados
alterados se basa en enfoque y en relajación, por lo que ponernos tensos por no
alcanzarlo o querer forzar el estado sólo complicaría más el proceso. Es más
una cuestión de fluir.
Eso sí, asegúrate de que cualquiera
sea el método que uses, no termines volviéndote un dependiente del tema o
termines lastimándote (si sólo entras en estado de alteración de consciencia
por autoflagelación o siempre que bebes una poción terminas en la unidad de
Emergencias del hospital más cercano…. Podría haber problemas).
Alcanzar y mantener un estado de
consciencia alterado es una pieza clave en el desarrollo de las habilidades
mágicas y psíquicas. No sólo permite acceder a ellas, sino también controlarlas
en lugar de que ellas terminen controlándonos. Ahora que lo pienso, éste puede
ser uno de los tantos motivos por los
que la meditación suele ser considerada como una de las “posiciones de ballet
básicas” en la práctica mágica.
Practicante de artes mágicas
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