Por algún tiempo he estado contemplando la posibilidad de un
tatuaje. La verdad que es una idea que llevo considerando por años. No me he
decidido aún a hacerlo y, conociendo lo indeciso que puedo ser acerca del
diseño, tal vez me tome un par de años antes de hacerlo – no es que crea que la edad pueda
tener necesariamente un voto definitivo en la decisión, así que por ese lado no
me desanimo. De todos modos, la idea de un tatuaje me ha llevado a revisar uno de
los temas más infames en la historia de la brujería: la marca del brujo.
Un concepto que se ha encontrado en diversas
tradiciones es que algunas personas
nacían con algún tipo de marca o distintivo especial que las identificaba como un
individuo “fuera del grupo”, una persona portadora de poder. Usualmente, estas
características incluían cosas como una marca de nacimiento con forma peculiar,
un pezón adicional, seis dedos en una mano o pie, dientes extra, cabellos
rojos (que también fue considerado
indicador de vampirismo, lo que agita un poco las aguas en torno la relación
entre magia y vampiros y que definitivamente va más allá de lo que alguna serie
de TV pudiera mostrar) o nacer con una porción del saco amniótico cubriendo la
cabeza del infante.
La imagen de una marca peculiar que indicaba – y muchas
veces delataba – al practicante mágico alcanzó su cúspide en la época de la
cacería de brujas, cuando se creía que tales marcas podían ser también
adquiridas como parte del pacto entre el mismo Satanás y la persona, quien
obtendría una serie de poderes y privilegios.
En este caso, se explicaba que la marca era un punto indoloro (lo que
hizo popular la imagen del cazador de brujas picando cuerpos desnudos con una
aguja para identificar el punto diabólico) o una especie de protuberancia. Lo interesante del tema era la función de
esta señal en el cuerpo: no sólo era un recordatorio del convenio, sino también
una fuente mediante la cual el espíritu familiar del brujo obtenía sus
fuerzas. El practicante obtenía como parte
del pacto un espíritu acompañante, que podía asumir forma animal y que estaba
junto a la bruja ayudándola en su labor. A cambio de la magia y asistencia brindada
por el espíritu, éste tomaba energía del brujo por medio de la protuberancia o
de la zona de la marca, que actuaba como una especie de “pezón”. Claro que, con el paso del tiempo y la
necesidad de ganarse el pan (los cazadores de brujos también tenían que ganarse
el sustento), los supuestos signos y denuncias de brujería se hicieron cada vez
más espectaculares – en algunos lugares más que en otros.
Pero más allá del valor histórico… ¿tiene algún significado
en especial esta clase de marca? Pues… en algo
parece haber acuerdo: las marcas de brujo pueden crearse en ciertos
ritos de paso o iniciación. Ahora bien, en muchos casos es vista como una marca
energética grabada en el aura durante la iniciación y que puede ser vista sólo por
otros brujos, lo que permitiría el mutuo
reconocimiento. La marca puede ser también concedida directamente por los
dioses. Otros grupos van un paso más allá y realizan marcas físicas sobre el
cuerpo del practicante, bien sean de carácter temporal o permanente. Es aquí en
donde las cosas se ponen interesantes.
Para algunos, la sangre es una representación del poder de
los Ancestros, siendo el vehículo a través del cual fluyen el poder y la vida1
por lo que resulta lógico grabar la piel
a modo de ofrenda o de estrechar y despertar la magia presente en la sangre. Muchas personas, no sólo brujos o practicantes de magia, pueden elegir marcar su piel como una ofrenda a la divinidad o una forma de gratitud por los dones y bendiciones recibidas (una de las formas más comunes encontradas en la actualidad son los tatuajes). En algunos casos, incluso, puede convertirse en un sigilo o conexión con el poder
que representa el símbolo, que puede haber sido grabado en diversos modos,
incluyendo cortes rituales, piercings
y tatuajes (se refiere de algunos casos en los que se hacía una herida sobre la
piel del iniciado, y que éste debía atender y sanar usando todos sus
conocimientos fin de evitar que la herida se infectara)2 . Las
marcas sobre la piel, entonces, pueden
ser hechas con el fin invocar fuerzas específicas e indicar transiciones
especiales.
Lo interesante de este proceso, que en la actualidad se
presenta a través del tatuaje y del piercing,
es que puede también usarse para facilitar el acceso a gnosis y poder por medio
del dolor que se experimenta durante su realización. El marcado ritual de este tipo ha sido
siempre señal de cambio permanente y se
encuentra cargado de gran simbolismo. El practicante mágico puede recurrir a él
en casos en los que se busque grandes
actos de transformación o esté trabajando en encantamientos y hechizos
permanentes conjurados sobre sí mismo (por ejemplo, un piercing en la lengua podría estar conectado con un hechizo para
hablar con mayor prudencia).
En este punto vale la pena mencionar que existe un cierto
debate acerca de si tatuarse o hacerse perforaciones, más allá del elemento
puramente estético o social. Mientras
que el tatuaje y el piercing tienen
una historia asociada a la iniciación y crecimiento espiritual (aunque no
siempre se reconoce tal faceta, al menos a nivel consciente), también es visto
con cierto cuidado dentro del campo de la salud. Además de las recomendaciones
acerca de la persona que hará el tatuaje o piercing y de estar atento a
reacciones adversas ante los metales y a infecciones, dentro de la terapia
neural (una forma de medicina bioenergética) se considera que los tatuajes,
cortes profundos y perforaciones tienen el
potencial de crear campos interferentes (básicamente
bloqueos en terminaciones nerviosas y en meridianos que pueden facilitar en el
futuro la aparición de problemas de salud), debido a que ocasionan cicatrices
permanentes y a la presencia de cuerpos extraños en el ser humano (como es el
caso del metal), por lo que los puntos donde se encuentra el tatuaje o el
piercing son incluidos en la historia del paciente y pueden ser tratados dentro
de este enfoque terapéuticos .
No obstante, es posible también trabajar con marcas
temporales que permitan conectar con las energías deseadas en ritual y en magia
con gran eficacia. Esto permite experimentar el marcado corporal y las fuerzas
que involucra, de modo que el practicante se familiariza con el uso de símbolos
trazados en el cuerpo y tenga un conocimiento más profundo del poder que puede
involucrar llevar una marca ritual permanente.
Practicante de Artes
Mágicas.
Referencias:
1 .- Smith, M. (2010 ) Queen of Hell. Ixaxaar
Occult Literature.
2. –
Paddon, P. (2010) A grimoire for modern
cunningfolk. Pendraig Publishing: Los Angeles, CA.
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