27 de agosto de 2014

"Te llevo en mi Piel": La marca del brujo....



Por algún tiempo he estado contemplando la posibilidad de un tatuaje. La verdad que es una idea que llevo considerando por años. No me he decidido aún a hacerlo y, conociendo lo indeciso que puedo ser acerca del diseño, tal vez me tome un par de años antes de  hacerlo – no es que crea que la edad pueda tener necesariamente un voto definitivo en la decisión, así que por ese lado no me desanimo. De todos modos, la idea de un tatuaje me ha llevado a revisar uno de los temas más infames en la historia de la brujería: la marca del brujo.

Un concepto que se ha encontrado en diversas tradiciones  es que algunas personas nacían con algún tipo de marca o distintivo especial que las identificaba como un individuo “fuera del grupo”, una persona portadora de poder. Usualmente, estas características incluían cosas como una marca de nacimiento con forma peculiar, un pezón adicional, seis dedos en una mano o pie, dientes extra, cabellos rojos  (que también fue considerado indicador de vampirismo, lo que agita un poco las aguas en torno la relación entre magia y vampiros y que definitivamente va más allá de lo que alguna serie de TV pudiera mostrar) o nacer con una porción del saco amniótico cubriendo la cabeza del infante.

La imagen de una marca peculiar que indicaba – y muchas veces delataba – al practicante mágico alcanzó su cúspide en la época de la cacería de brujas, cuando se creía que tales marcas podían ser también adquiridas como parte del pacto entre el mismo Satanás y la persona, quien obtendría una serie de poderes y privilegios.  En este caso, se explicaba que la marca era un punto indoloro (lo que hizo popular la imagen del cazador de brujas picando cuerpos desnudos con una aguja para identificar el punto diabólico) o una especie de protuberancia.  Lo interesante del tema era la función de esta señal en el cuerpo: no sólo era un recordatorio del convenio, sino también una fuente mediante la cual el espíritu familiar del brujo obtenía sus fuerzas.  El practicante obtenía como parte del pacto un espíritu acompañante, que podía asumir forma animal y que estaba junto a la bruja ayudándola en su labor. A cambio de la magia y asistencia brindada por el espíritu, éste tomaba energía del brujo por medio de la protuberancia o de la zona de la marca, que actuaba como una especie de “pezón”.  Claro que, con el paso del tiempo y la necesidad de ganarse el pan (los cazadores de brujos también tenían que ganarse el sustento), los supuestos signos y denuncias de brujería se hicieron cada vez más espectaculares – en algunos lugares más que en otros.

Pero más allá del valor histórico… ¿tiene algún significado en especial esta clase de marca? Pues… en algo  parece haber acuerdo: las marcas de brujo pueden crearse en ciertos ritos de paso o iniciación. Ahora bien, en muchos casos es vista como una marca energética grabada en el aura durante la iniciación y que puede ser vista sólo por otros brujos, lo que permitiría  el mutuo reconocimiento. La marca puede ser también concedida directamente por los dioses. Otros grupos van un paso más allá y realizan marcas físicas sobre el cuerpo del practicante, bien sean de carácter temporal o permanente. Es aquí en donde las cosas se ponen interesantes.

Para algunos, la sangre es una representación del poder de los Ancestros, siendo el vehículo a través del cual fluyen el poder y la vida1 por lo que resulta lógico  grabar la piel a modo de ofrenda o de estrechar y despertar la magia presente en la sangre. Muchas personas, no sólo brujos o practicantes de magia, pueden elegir marcar su piel  como una ofrenda a la divinidad o una forma de gratitud por los dones y bendiciones recibidas (una de las formas más comunes encontradas en la actualidad son los tatuajes). En algunos casos, incluso, puede convertirse en un sigilo o conexión con el poder que representa el símbolo, que puede haber sido grabado en diversos modos, incluyendo cortes rituales, piercings y tatuajes (se refiere de algunos casos en los que se hacía una herida sobre la piel del iniciado, y que éste debía atender y sanar usando todos sus conocimientos fin de evitar que la herida se infectara)2 . Las marcas sobre la piel, entonces,  pueden ser hechas con el fin invocar fuerzas específicas e indicar transiciones especiales. 

Lo interesante de este proceso, que en la actualidad se presenta a través del tatuaje y del piercing, es que puede también usarse para facilitar el acceso a gnosis y poder por medio del dolor que se experimenta durante su realización.  El marcado ritual de este tipo ha sido siempre  señal de cambio permanente y se encuentra cargado de gran simbolismo. El practicante mágico puede recurrir a él en casos  en los que se busque grandes actos de transformación o esté trabajando en encantamientos y hechizos permanentes conjurados sobre sí mismo (por ejemplo, un piercing en la lengua podría estar conectado con un hechizo para hablar con mayor prudencia).

En este punto vale la pena mencionar que existe un cierto debate acerca de si tatuarse o hacerse perforaciones, más allá del elemento puramente estético o social.  Mientras que el tatuaje y el piercing tienen una historia asociada a la iniciación y crecimiento espiritual (aunque no siempre se reconoce tal faceta, al menos a nivel consciente), también es visto con cierto cuidado dentro del campo de la salud. Además de las recomendaciones acerca de la persona que hará el tatuaje o piercing y de estar atento a reacciones adversas ante los metales y a infecciones, dentro de la terapia neural (una forma de medicina bioenergética) se considera que los tatuajes, cortes profundos  y perforaciones tienen el potencial de crear campos interferentes (básicamente bloqueos en terminaciones nerviosas y en meridianos que pueden facilitar en el futuro la aparición de problemas de salud), debido a que ocasionan cicatrices permanentes y a la presencia de cuerpos extraños en el ser humano (como es el caso del metal), por lo que los puntos donde se encuentra el tatuaje o el piercing son incluidos en la historia del paciente y pueden ser tratados dentro de este enfoque terapéuticos . 

No obstante, es posible también trabajar con marcas temporales que permitan conectar con las energías deseadas en ritual y en magia con gran eficacia. Esto permite experimentar el marcado corporal y las fuerzas que involucra, de modo que el practicante se familiariza con el uso de símbolos trazados en el cuerpo y tenga un conocimiento más profundo del poder que puede involucrar llevar una marca ritual permanente. 

Practicante de Artes Mágicas.

Referencias:
1 .-  Smith, M. (2010 ) Queen of Hell.  Ixaxaar Occult Literature.
2. – Paddon, P. (2010) A grimoire for modern cunningfolk. Pendraig Publishing: Los Angeles, CA.




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