13 de febrero de 2012

EL MITO DE LILITH



Parece ser que el nombre de Lilith procedería de la mitología del entorno, puede ser sumeria o acádica, en el que se encuentra una diosa llamada "Lilliku" o "Lillithu", que  correspondería a una advocación más de la diosa de la fertilidad, deriva del hebreo Lil, que significa   ‘noche’, por lo que Lilith vendría a significar “ la nocturna”, término que   nos transmite la idea de oscuridad, de ausencia de luz, y que se relaciona con sus características personales y su ámbito de acción: la otra faz del día y los hechos que en tal momento acontecen. Una de sus representaciones   y uno de sus animales asociados, la lechuza, refuerza esta consideración  al tratarse de un ser que se desenvuelve en las tinieblas.       
Se han hecho muchas traducciones, equivalencias y comparaciones del término "Lilith", y ninguna de ellas demasiado agradable, pues se   la conoce como Ave de noche (ahora sin especificar), ser monstruoso, ente espectral, fantasma nocturno, diablesa, etc.; se la ha llegado a emparentar con las tentadoras, sensuales y libidinosas súcubos, tan famosas en el Medioevo, erigiéndose nada menos que en Reina de las mismas.       

 
* El Talmud describe a Lilith como una bella y encantadora fémina de opulenta figura y espectacular cabellera ondulada y la cree madre de gigantes y  monstruos. Algunas versiones de este texto nos la emparientan con un animal de pelo muy abundante perteneciente a una antigua especie no precisada, ya extinta y probablemente desconocida en la actualidad.        
* En la demonología cabalística se la designa como uno de los siete demonios tradicionales, en concreto el adversario del genio de Venus, siendo ambos regentes del viernes. En tal versión, Lilith tiene  faz humana, lleva el busto desnudo y su cuerpo termina en una larga cola  de serpiente.        
* También en la Cábala se la llama la reflexión femenina  de Samael o Samael-Lilith. Satanás es el adversario por excelencia y una   de las versiones de Samael, y Lilith asumiría características de "doble  opuesto" y "doble contrario". Desde aquí se la entiende de nuevo como  un ente maligno semi-animal o medio humano.  
*Cabalísticamente hablando Lilith representa el poder negativo de la dècima esfera del àrbol de la vida,  la de Malkuth (el reino, el mundo material). Representa por tanto todos los aspectos de la naturaleza negativos al ser humano, como huracanes, terremotos, etc.
*Su simbolismo también combina muerte y sexualidad, deseo y miedo. Cuando uno hace Trabajo de Sendero (una forma de meditación guiada) a través de las esferas del Árbol de la Vida (las sephirot del Árbol) también tiene que controlar y dominar los aspectos desequilibrados del mismo. En este caso Lilith representa básicamente al deseo y el miedo de cosas materiales, los apegos, como diría un budista. Para la mayoría de gente los mayores deseos son los atados a la parte sexual y el mayor miedo es a la muerte. Cabalísticamente hablando el entender y dominar la simbología representada por Lilith es sumamente importante para darle a la parte sexual el nivel que se merece sin obsesionarse y ser un esclavo de la misma y para entender a la muerte como una parte más de la vida.     
* En el Zohar se la conoce como Hayo Bischat: "la Bestia",  y también la "Mala Bestia", y se afirma que de ella descienden nuestros actuales monos.
* Finalmente, no podemos olvidar las tradiciones de corte  astrológico que relacionan a Lilith con la "luna negra". En este contexto, estaría representada gráficamente por un punto concreto del cielo situado en la parte más alejada de la órbita lunar respecto a la tierra. A nivel psicológico, se supone que operaría sobre los impulsos inconscientes reprimidos  que, individualmente, se expresarían según el sector zodiacal (signo y casa particular) activado por su presencia y conforme a los aspectos que presente con otros elementos astrológicos. Sí pues, tenemos que Lilith se nos aparece como seductora mujer, bello animal, ambiguo ser a medio camino entre el humano y la bestia, ente monstruoso, diablesa, fascinante demonio hembra y espectral habitante de las sombras, generadora de seres aberrantes. Pero siempre se muestra impulsada por la pasión y rodeada por un magnético halo de misterio,  de transgresión, de oposición, malignidad, peligro, desacato, rebeldía, tentación y deseo. Y por el contrario, también de frescura, espontaneidad, independencia, libertad y tal vez autenticidad; pues todo simbolismo es ambivalente y polivalente, como ya se ha señalado, cosa que los pocos elementos concretos  y muy modificados de su mito a los que podemos acceder nos confirman.
Mas no por dejar de pertenecer al plano físico se privó Lilith de las   delicias de la fecundidad, ya que según nos muestra la tradición engendró  seres en tales correrías nocturnas. Y lo hizo, para más precisión, durante  los 138 años que -dice la Cábala- tardó Adán en engendrar a Seth después de que hubieran nacido Caín y Abel, cifra que nos da una idea de la longevidad  (mítica) de nuestro antepasado y de la espaciada capacidad generativa  de ambos progenitores.

No es extraño que en vista de los anteriores avatares, Lilith no sea nada grata en la tradición hebrea. Está mal, desde este contexto, tener la osadía de querer asemejarse al varón reclamando paridad con el mismo,  discutir el rol a tomar respecto a éste, desobedecer las órdenes del Hacedor  con tanto atrevimiento, abandonar el Paraíso… Pero lo más terrible de   todo es el hecho de invocar el Nombre de Dios, innombrable en toda la   tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de  Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho  mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo,  en fin, demasiado grave. Un primer análisis del mito nos muestra que Lilith ha abierto las puertas de lo prohibido. Lilith ha roto con lo estipulado por el Creador para  la raza humana. Ha quebrantado lo establecido, se ha querellado contra el orden natural de las cosas, ha abandonado el lugar propio de la Humanidad, ha transgredido los límites impuestos a los seres humanos (algo que también hará Eva en su momento) y por ello se ha colocado fuera del mundo de los hombres y se ha convertido a sí misma en apátrida, en exilada, en extraña…
Es por su actitud frente a las normas por lo que se considera a Lilith enemiga del matrimonio, adversaria de los nacimientos, contraria a los  hijos, instigadora del deseo proscrito y fomentadora del desacato, en  general, frente a las reglas sociales establecidas. Por todo ello, en  definitiva, en el contexto judaico se la tiene por un ser nefasto y un  ente maligno en general; de ahí su asociación con lo diabólico y su vinculación  con la tentación y la trasgresión, a evitar, por supuesto, si se pretende  mantener un orden sociocultural determinado.
ANÁLISIS DEL MITO DE  LILITH

    a).- Antropológico
Su situación de primera mujer antes del nacimiento de Eva la presenta  como un ser previo a la adquisición de la conciencia humana, como un representante de una "humanidad previa"; por decirlo así, un grupo de seres anteriores a la humanidad que todos conocemos y de la cual todos participamos en  la actualidad.        
   b).- Religioso
Ciertas particularidades de las personificaciones de Lilith podrían emparentarla con características, atributos y potencias relacionadas con la Magna Dea, la Diosa en su aspecto oscuro en la plena acepción del término, como por ejemplo su capacidad generativa, su relación con la sabiduría profunda, su vinculación con la vida y la muerte, su asociación con lo abismal, etc.                   
   c).- Psicológico
Lilith contiene en sí elementos suficientes que, sin hacer una valoración moral, sí nos permiten en cambio pensar en un patrón típico de lo femenino   caracterizado por rasgos como la independencia, la autonomía, la autopertenencia, la confianza en el propio criterio, el sentido crítico, la vinculación  con el propio ser y el propio deseo que desde nuestra mentalidad la hacen conceptualizar como individuo libre. El mismo hecho de su "ocultamiento"  en las profundidades nos mostraría que el factor Lilith puede estar en determinadas mujeres reprimidas, ocultas en su propio interior, mas permanece   latente y actúa desde las propias profundidades.        
   d).- Social
Lilith nos remonta a la tan mitificada, por otra parte, etapa matriarcal  de la Humanidad, cuyos restos casi podemos exhumar si hacemos arqueología  cultural y, aún ahora, contemplamos implícitos en algunos textos de la  Literatura clásica y en el simbolismo de las Diosas lunares.

 El simbolismo de Lilith, por tanto, apuntaría a un momento previo al actual  orden social patricéntrico que ha prefijado determinadas pautas de relación entre hombres y mujeres. Y por "actual" entendemos vigente, en el sentido de que corresponde a unos códigos todavía en uso en los patrones culturales judeo-cristianos y en las sociedades a ellos adscritas; códigos que se   remontan a los orígenes mismos de esta tradición. No hay más que ver cómo   ha "desaparecido" Lilith, cómo aparece Eva en el Génesis, la interpretación  y la divulgación tan particular que durante siglos se ha hecho de los actos de nuestra primera madre como portadora del mal y fuente del pecado para la Humanidad, además de las consecuencias sociales e individuales provocadas con tales transmisiones.

 Lumena

2 comentarios:

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  2. Pues yo soy del clan de lilith, por los siglos de los siglos. Que asi sea.

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