Aroma para un poco de suerte en el amor
Después de mucho hurgar en internet y distraerme demasiado en otras cuestiones de la vida, concluí que no tenía ni la menor idea de que podría escribir, y me resulto que podría hacer una remembranza de aquella hierba que podría haberme resultado cultivar, de alguna forma, fácil dentro de las posibilidades que el clima de la ciudad donde vivo lo permitan; y de la que pretendo plasmar algo de información útil.
Pues es de la Lavanda que investigue, así, me entere que su nombre científico es Lavandula vera u officinalis, que a su vez deriva del latín lavare, que significa lavar y se refiere al uso de la flor en el agua de baño, como aromatizante. Su origen fue hallado en la Europa Meridional y en el Norte de África. Esta hierba floreciente era muy popular en la era isabelina y se cultivaba como planta de borde en los jardines.
Siendo una de las plantas de las más aromáticas y conocidas popularmente, sin lugar a dudas, es utilizada en perfumería, en productos de cosmética ya que ayuda a la circulación superficial de la piel, asimismo, ayuda a mejorar algunos trastornos, como la ansiedad, el insomnio, meteorismos, espasmos digestivos, aliviar dolores de cabeza y de manera tópica se usa en la faringitis, otitis, heridas no muy profundas. A pesar de los múltiples beneficios no todos podemos usarla, se contraindica en las embarazadas, y en mujeres en periodo de lactancia, en infantes, personas con gastritis, colitis ulcerosa, síndrome del intestino irritable, epilepsia y Parkinson. Siendo en altas dosis neurotóxico, además de poder ocasionar dermatitis al contacto.
A través de la historia esta planta ha sido muy utilizada, según Medici, M. en su libro Magia Natural relata que, en la antigua Roma la lavanda estaba dedicada a la diosa Vesta, y sus vírgenes sagradas, las vestales, las que adornaban su cabello con ella durante las ceremonias. A partir de esta tradición se conservó la costumbre de aromatizar con lavanda las camas y ropas de las recién casadas, para que suavice sus temores durante la primera noche del matrimonio.
Asimismo, esta planta estaba consagrada a la diosa Hécate, la diosa del inframundo, la que conocía todas las hierbas. Las brujas de aquellos tiempos usaban esta hierba para arrojarla al fuego en las noches de verano, como ofrenda a sus dioses.
Algunas de sus correspondencias encontradas refieren que está asociada al planeta mercurio y al elemento aire, la parte que mayormente se usa son las hojas, como por ejemplo en saquitos, para aliviar las emociones, para el amor, la purificación y para encontrar la paz interna. Por ello se usa en los círculos, para purificar el lugar y mantener la meditación que requiere el momento.
En épocas pasadas, y quizá en la actualidad, la lavanda habría sido usada para despertar el deseo sexual en los hombres. Así, las prostitutas la empleaban mucho para anunciar su negocio y atraer clientes. Por el contrario, cuando era cargada junto con el romero su cometido apuntaba a conservar la castidad. En este punto surgirán varias preguntas: ¿Cómo es que una hierba asociada en una época con la castidad pasó a formar parte del almacén de recursos de las prostitutas? ¿Es acaso que la lavanda logra conciliar estos dos opuestos? Quizás sus efectos dependan de la persona que recurre a la lavanda, quien la programaría conforme a su voluntad- O tal vez se trata de una hierba mucho más multifacética de lo que uno podría pensar. Probablemente encontremos la respuesta no en los libros y tablas de correspondencias, sino en nuestra propia experiencia y trabajo con la lavanda – puede que en este caso la mejor respuesta requiera que nos ensuciemos las manos.
Una cualidad interesante de esta hierba radica en el poder que tiene su aroma para trascender nuestros sentimientos, ya que es capaz de disipar esas ‘malas vibras’ que en ocasiones se asientan en nuestras acciones; cuando el vivir cotidiano simplemente se torna ‘pesado’, y lo que deseas es ser reanimado elige esta hierba y observa cómo te va el resto del día. Si por el contrario tenemos a algún conocido que no se encuentra bien podremos hacerle un obsequio de un saquito de lavanda, así producirás un efecto de autoconfianza en esa persona, para que pueda superar esa ligera depresión - no sin antes haberle otorgado a dicho objeto el poder que deseamos mediante un pequeño ritual mágico.
Por último, si la lavanda estimula la buena suerte cuando es cultivada en el jardín, ¿qué esperamos para hacerlo? Si es una hierba de transformación y también es buena para limpiezas, sueño tranquilo y protección ¿Qué seguimos esperando?, la lavanda es una hierba que se puede cultivar muy fácilmente, puede crecer en terrenos pedregosos y con gravilla y a menudo aparece en estado silvestre y su estado de floración inicia en verano.
En mi opinión, la lavanda es una hierba que podremos usarla en múltiples situaciones, no sólo mágicas, y pienso que resultaría muy útil sincronizarnos en meditación con ella si deseamos que todas esas cualidades nos ayuden a mejorar nuestro aprendizaje. Por todo esto, no te conformes con el suavizante o detergente de ropa, no busques en el supermercado el aromatizante de mayor duración, que el poder cultivarla y sentirla, implicando que debas cuidarla y darle la atención que merece, dará mayor fuerza a ese aroma que producirá un efecto mágico más que esperado en nuestro día a día.
Hel
P.S.: Aunque un poco tarde, esperamos que hayan tenido un buen Mabon – u Ostara, si viven en el Hemisferio Norte-. Bendiciones.
Fuentes:
1. Medici, M. (1991). Magia Natural. Ediciones Robinbook. Barcelona.
2. Dugan, E. (2007). Magia con las hierbas. Llewellyn español: Woodbury.
3. Cunningham, S. (2003) Herbalismo mágico. Llewellyn español: Woodbury.
4. Penczak, C. (2011). The Plant Spirit Familiar. Copper Cauldron Publishing.
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