El segundo equinoccio del año es
celebrado entre el 19 y el 22 de septiembre en el hemisferio sur. Conocido
también como Ostara, Eostre (en honor
a la mitología teutónica) y Alban Eiler
(nombre proveniente de la tradición druídica), este Sabbat es considerado un
tiempo de nuevos inicios y de renovación.
Una vez más, las energías de la luz y de la oscuridad se encuentran en
un punto de equilibrio, si bien en esta oportunidad la luz aumenta con el paso
de los días.
Si bien todos los sabbats hacen
notoria su presencia en nuestras vidas, Ostara parece hacerlo con un estilo
bastante notorio. La llegada de la primavera – que en diversos lugares se
asocia a la llamada Fiesta de la Juventud – parece ser una de esas
celebraciones tan esperadas. Incluso cuando no llegaba a declararse un día
feriado del mismo calibre que una fiesta religiosa o día de fiesta nacional (en
el colegio, al menos, nos dejaban salir más temprano), igual recuerdo todo el movimiento
alrededor de esa fecha. Posiblemente porque, incluso en un nivel inconsciente,
se percibe el retorno de la vida, y aunque nuestras mentes puedan mostrarse
bastante distraídas acerca de los ciclos y las estaciones, nuestros cuerpos aún
pueden detectar – si bien sutilmente – los giros de la Rueda. ¿O acaso es pura
casualidad que sea precisamente en primavera que la gente empieza a realizar la
limpieza masiva de sus casas, o siente la fuerza para iniciar los proyectos, o
incluso se inscribe en el gimnasio y empiezan nuevos programas de cuidado
personal? Es la fuerza de Ostara en
plena acción.
Dos mitos se encuentran entre los
más famosos con respecto al inicio de la primavera. El primero llega de Grecia,
en donde se relata que Perséfone regresa del Mundo Subterráneo para encontrarse
con su madre, Deméter. Ésta, inundada
por la alegría de ver una vez más a su hija, devuelve la vida a la Tierra. En
la tradición teutónica se encuentra la figura de la diosa Eostre/Ostara,
divinidad de la Tierra, las semillas y los inicios, quien viajaba por la Tierra
dejando huevos – el símbolo de la nueva vida – a su paso. El animal sagrado a
la diosa y al inicio de la primavera era el conejo (en este punto no puede
evitarse encontrar una conexión entre la figura del huevo y el conejo, algo que
hace inmediatamente pensar en el tema del conejo de Pascua. Ciertamente cuando
las celebraciones paganas y cristianas en el Hemisferio Norte se encontraron,
ésta fue una de las creencias y tradiciones antiguas que se integró en algún
modo al nuevo culto que vinculaba la Pascua con el renacimiento de la vida,
sobreviviendo hasta la actualidad. En nuestro Hemisferio Sur la relación no es
tan marcada ya que si bien en los últimos años ha aparecido la imagen del Huevo
de Pascua, sobretodo en algunos supermercados, Pascua cae en otoño). Otras divinidades y figuras conectados con
esta festividad son Afrodita, Osiris (por su resurrección a manos de Isis),
Frey y Freya. Puesto que las fuerzas en
acción están vinculadas a la magia de la vida, la resurrección y la sanación,
los colores usualmente asociados a estas fechas incluyen el rojo, el naranja,
el amarillo, el verde y diversos tonos pastel.
En lo que a corrientes y mareas
energéticas se refiere, durante Ostara la energía del Mundo Subterráneo pasa al
Mundo Medio, junto a la Diosa que se alza y es conocida como la Dama de las
Flores. De manera similar, el poder del Dios también aumenta a través de la
fuerza del Sol que crece con el paso de los días. Como se ha mencionado, la
marea de luz y oscuridad se encuentra nuevamente en un punto de balance, mientras que la marea de
la vida aumenta (a la vez que la marea de la muerte se retrae). Es en estos momentos en que se libera una
llamada “corriente de pasión” que alcanza su máximo punto con la llegada de
Beltane. Es importante señalar que el
Equinoccio de Primavera está conectado con el elemento del Aire. Por tal
motivo, es el momento en que las ideas fértiles que surgieron en invierno se
llevan a cabo, y los proyectos evolucionan, tomando forma y dirección.
Queda claro que un tema esencial
del sabbat es el balance. Parte de esta búsqueda por el equilibro incluye
revisar e reevaluar si nuestros conceptos acerca de lo que es “bueno” y “malo”,
“correcto” o “incorrecto”, nos ayudan o están convirtiéndose en obstáculos. No
se trata de lanzar todo por la ventana sólo porque llegó la primavera, sino de
reevaluar los conceptos que guían nuestras vidas y comprobar hasta qué punto nos empoderan
espiritualmente o nos están creando problemas.
Igualmente, evaluamos si los “debería” y los “es deseable” están
haciendo que desarrollemos sesgos que no sólo nos desequilibran sino que nos
desconectan de la vida y nublan la visión.
Por ser humanos, puede resultar a veces más fácil de lo que pensamos
asumir un bando u otro basándonos sólo en juicios teóricos en lugar de ver lo que sucede en realidad, en
todas las áreas, incluyendo nuestras acciones (o nos sobrecargamos de trabajo o
postergamos continuamente nuestros proyectos); nuestros pensamientos (cuando analizamos
excesivamente cada detalle o no logramos concentrar nuestra atención por más de
medio segundo en algo); nuestras emociones (bloqueando cualquier sentimiento o
emoción o desarrollando una susceptibilidad digna de película dramática); e
incluso nuestros espíritus (cuando creemos que el mundo físico es lo ÚNICO que
existe o cuando asumimos que “ser espiritual” implica pasar 26 horas al día
haciendo ritos y consultando el Tarot, vestir sólo en tonos pastel, morirse de
hambre comiendo ensaladitas de lechuga cuando tu organismo no está listo para
que si quiera intentes ser vegetariano o
negarse a escuchar cualquier música que no entre en la categoría “New Age” – y
el Cielo nos libre de juntarnos con gente “no espiritual”!).
Algunas prácticas del Equinoccio
de Primavera incluyen…
- Uso de huevos de color. Debido a su significado de potencial y nuevo nacimiento, se pintan con colores determinados (bien sea usando colorantes para comida o tintes naturales hechos a bases de hierbas y flores) para infundir en ellos energías específicas acordes al color elegido. Una vez seca la pintura, se consagran (pudiendo colocarse entre una vela negra y una blanca) y se comen. Las cáscaras pueden guardarse a modo de talismán. Un dato interesante relacionado con la práctica de pintar huevos proviene de una tradición rusa asociada con la Pascua que consistía en colocar huevos (que podían estar pintados de color rojo) sobre una tumba para garantizar el renacimiento. 1
- Otra práctica que involucra el uso de un huevo consiste en tomar un huevo fresco y frotarlo por todas las puertas y ventanas de un lugar. Al completar esto, se hace un pequeño agujero en el extremo más pequeño del huevo con un alfiler. A continuación se hace un agujero en el lado opuesto. El huevo es llevado fuera de casa. Se cava un hueco en la tierra y a continuación se sopla el contenido del huevo por uno de los agujeros en su cáscara para que la yema y la clara caigan a la tierra. Se tapa este hueco y se deja el lugar para no volver. La cáscara suele conservarse como un encantamiento contra futuras vibraciones perjudiciales2.
- Trabajo con plantas. Un rito sencillo y poderoso incluye bendecir semillas o bulbos de una planta o flor de primavera – entre las que se encuentran el girasol, la rosa, el lirio, la manzanilla y el romero – con un objetivo o propósito determinado y sembrarlas en una maceta o en la tierra del jardín (algunos practicantes incluyen un pequeño papel con la petición escrita, enterrado un poco más profundo que las semillas). A medida que la flor crece, la magia toma forma y se manifiesta en el mundo.
¡Buen Equinoccio de Primavera!
Practicante de artes mágicas.
Fuentes de consulta:
1 – Cuhulain, K. (2002). Full contact magick. Llewellyn: St. Paul, MN.
2 – Roderick, T. (2005). Wicca: a year and a day. Llewellyn: St. Paul, MN.
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