30 de marzo de 2015

Autobendiciones

Dentro de nuestro trabajo espiritual puede que hayamos desarrollado prácticas destinadas a la bendición, bien sea de a otros con quienes nos relacionamos, de los alimentos que tomamos o de los objetos que utilizamos en nuestra magia, trabajo, o vida cotidiana. Pero igual de importante resulta bendecirnos a nosotros mismos, y en ese sentido hay infinidad de modos de hacerlo.

Algunas bendiciones son cotidianas, destinadas al día a día. Otras están diseñadas para eventos más específicos, situaciones que consideramos de gran importancia y en las que somos conscientes de que algo de ayuda divina adicional sólo hará bien – desde entrevistas de trabajo hasta exámenes -. Pero es necesario aclarar que una bendición realizada en forma consciente es más que un simple “buen deseo” superficial y puede convertirse en un hechizo de gran eficacia, capaz de ayudar a restaurar la salud, combatir un malestar, ofrecer protección o garantizar el éxito. Esto es de particular beneficio cuando se presentan en nuestras vidas momentos o situaciones que parecen demandar un “empujón mágico” adicional. Puede que tengamos una práctica establecida realizada regularmente, pero a veces ese “extra” puede hacer la diferencia.

La siguiente autobendición aparece en “El retorno de las brujas” de Robin Skelton1. Es una bendición general que puede pronunciarse en voz alta o mentalmente pero, como indican los versos, únicamente cuando se está solo. Se usa antes de una ocasión especial o evento que puede significar alguna dificultad o problema, incluyendo entrevistas, evaluaciones y reuniones. El practicante se pone de pie y alza las manos, mirando a los Cielos y recitando el hechizo tres veces:

Puesto que estoy solo,
Ahora ven a mí
Y transfórmate en mí,
Y así, transformándote, envuélveme,
Conviértete en mi respiración,
Mi gusto, mi tacto, mi oído, mi vista,
Conviértete en mi manera de andar,
De sentarme, tenderme, levantarme,
Conviértete en mi pensamiento,
recuerdo, sueño, imagen, profecía,
conviértete en mi soledad
y haz que pueda estar, solo,
vacío y lleno y completo
y sirva a Tu poder.

La Fuerza, Poder o Entidad invocada no se menciona explícitamente, pero al ser un encantamiento escrito por un brujo Wicca, lo más probable es que se dirija a la Diosa. No obstante, creo que también puede emplearse para pedir las bendiciones del Dios, o de Ambos, o incluso en sistemas distintos a la Wicca, como por ejemplo pidiendo la guía del Gran Espíritu.

Algo que me gusta mucho de esta bendición es la cadencia de las palabras y el ritmo de los versos. Si bien no es una rima tradicional, puede percibirse la fuerza en la forma en que las palabras fluyen hasta el punto en que capturan con total naturalidad la atención del encantador. En mi experiencia, es un ejemplo claro de que la poesía contiene, además de un aspecto artístico, poder mágico.

Practicante de artes mágicas


1.       Skelton, R. (1991) El retorno de las brujas. Barcelona: Ediciones Martínez Roca, S.A.

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