Dentro de nuestro trabajo
espiritual puede que hayamos desarrollado prácticas destinadas a la bendición, bien
sea de a otros con quienes nos relacionamos, de los alimentos que tomamos o de los
objetos que utilizamos en nuestra magia, trabajo, o vida cotidiana. Pero igual
de importante resulta bendecirnos a nosotros mismos, y en ese sentido hay
infinidad de modos de hacerlo.
Algunas bendiciones son
cotidianas, destinadas al día a día. Otras están diseñadas para eventos más
específicos, situaciones que consideramos de gran importancia y en las que
somos conscientes de que algo de ayuda divina adicional sólo hará bien – desde entrevistas
de trabajo hasta exámenes -. Pero es necesario aclarar que una bendición realizada
en forma consciente es más que un simple “buen deseo” superficial y puede
convertirse en un hechizo de gran eficacia, capaz de ayudar a restaurar la
salud, combatir un malestar, ofrecer protección o garantizar el éxito. Esto es de
particular beneficio cuando se presentan en nuestras vidas momentos o
situaciones que parecen demandar un “empujón mágico” adicional. Puede que
tengamos una práctica establecida realizada regularmente, pero a veces ese “extra”
puede hacer la diferencia.
La siguiente autobendición
aparece en “El retorno de las brujas” de Robin Skelton1. Es una
bendición general que puede pronunciarse en voz alta o mentalmente pero, como
indican los versos, únicamente cuando se está solo. Se usa antes de una ocasión
especial o evento que puede significar alguna dificultad o problema, incluyendo
entrevistas, evaluaciones y reuniones. El practicante se pone de pie y alza las
manos, mirando a los Cielos y recitando el hechizo tres veces:
Puesto que estoy solo,
Ahora ven a mí
Y transfórmate en mí,
Y así, transformándote, envuélveme,
Conviértete en mi respiración,
Mi gusto, mi tacto, mi oído, mi vista,
Conviértete en mi manera de andar,
De sentarme, tenderme, levantarme,
Conviértete en mi pensamiento,
recuerdo, sueño, imagen, profecía,
conviértete en mi soledad
y haz que pueda estar, solo,
vacío y lleno y completo
y sirva a Tu poder.
La Fuerza, Poder o Entidad
invocada no se menciona explícitamente, pero al ser un encantamiento escrito
por un brujo Wicca, lo más probable es que se dirija a la Diosa. No obstante,
creo que también puede emplearse para pedir las bendiciones del Dios, o de
Ambos, o incluso en sistemas distintos a la Wicca, como por ejemplo pidiendo la
guía del Gran Espíritu.
Algo que me gusta mucho de esta
bendición es la cadencia de las palabras y el ritmo de los versos. Si bien no
es una rima tradicional, puede percibirse la fuerza en la forma en que las
palabras fluyen hasta el punto en que capturan con total naturalidad la
atención del encantador. En mi experiencia, es un ejemplo claro de que la
poesía contiene, además de un aspecto artístico, poder mágico.
Practicante de artes mágicas
1. Skelton,
R. (1991) El retorno de las brujas. Barcelona:
Ediciones Martínez Roca, S.A.
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