3 de febrero de 2014

Conexiones...



La energía se encuentra presente en todo. Más aún, sostiene todo. Desde el movimiento de las estrellas hasta el latido de nuestros corazones, todos estos eventos en última instancia están conectados con la energía. Más allá del aspecto puramente físico (desde la combustión estelar hasta el metabolismo en los seres vivos), existe esa otra faceta, en la cual la energía hace las veces de estructura del universo – aquello que permite que nuestro mundo continúe existiendo.

Se considera que el mundo cotidiano es sólo una faceta de la creación, animada por la red que conecta todo y a todos, y que el mundo espiritual es la fuente de todo lo que existe en el mundo físico. Por este motivo, se va a la fuente en búsqueda de lo que se desea conocer y conseguir. Por la misma razón es que tanto chamanes como brujos han ganado el apodo de “caminantes entre los mundos” – al viajar constantemente entre los mundos físico y espiritual, y al trabajar con ambas caras de la creación para lograr sus propósitos. En efecto, una manera de explicar el funcionamiento de un hechizo y ritual es que las formas de pensamiento que creamos a través de las visualizaciones, acciones e incluso afirmaciones toman forma en el plano espiritual y adquieren fuerza – nutriéndolas con energía – a fin de permitirles manifestarse en el mundo físico. De esto último se entiende un elemento claramente práctico: para trabajar con magia, una de las cosas esenciales es saber cómo movilizar la energía, canalizándola, enfocándola y dirigiéndola hacia su destino.

Puesto que la energía se encarga de sostener la estructura del mundo y fluye también a través de nuestro ser, manteniéndonos integrados a esta red , negar o cortar o interrumpir este flujo es una invitación a problemas, que van desde cuestiones de salud hasta conflictos en diferentes áreas de nuestras vidas. Cierto es que estamos habituados a querer hacer todo “por nuestra propia cuenta” pero sabemos que, en ese ritmo, sólo llegamos hasta cierto punto antes de sentir que se nos van las fuerzas – figurativa y literalmente hablando. En tal sentido, la magia no es una excepción.  El detalle es que, mientras que en el mundo diario esto se suele interpretar como una forma de explicar la necesidad y los beneficios de trabajar con otras personas o de pedir apoyo a quienes nos rodean, en magia se incluye también la relación que tenemos con la energía universal y los habitantes de los mundos espirituales.  

En un modo u otro, diferentes escuelas hacen referencia expresa o tácita al uso de nuestra conexión con la red de energía universal para fortalecer, nutrir y dar poder a nuestras prácticas y creaciones mágicas.  En algunos casos esto consiste básicamente en tomar consciencia de nuestro lugar en el mundo, pudiendo incluir una oración inicial. En otros, se recurren a técnicas más elaboradas que incluyen la visualización. 

Uno de los ejercicios más conocidos en el contexto de tomar conciencia de la conexión con otras fuerzas, particularmente en el entorno pagano y en diferentes círculos brujeriles, suele ser la conexión a tierra – la cual en muchos casos es conocida también como “Asentarse y Equilibrarse”.  Es considerada una de las prácticas fundamentales, así como una de las más poderosas, que puedan realizarse. Tanto que suele ser el punto de partida en muchos ritos. Existen infinidad – y no exagero – de variantes sobre esta técnica por lo que aunque quisiera, no podría enumerar todas en este blog.  De todos modos, mencionaré un par de ellas con las que estoy más familiarizado, así como algunas anotaciones al respecto, en este y algunos artículos más. 

Nota: antes de proseguir, me gustaría aclarar algo. Como consecuencia de formar parte de la red de energía junto al resto de la existencia, técnicamente podemos conectar con cualquier cosa.  Con la Tierra, con los Cielos, con el Mundo Superior, el Mundo Subterráneo, los elementos, los dioses, los espíritus de la Naturaleza, los Ancestros, y hasta la gente… algo más: una conexión va en dos sentidos.

En cuestión de conexiones, la Tierra suele ser una de las opciones preferidas, a causa de ser una fuente de energía significativamente mayor que nuestros cuerpos. En muchos casos se elige también por considerarse no sólo una representación, sino también una manifestación de la Diosa, de la Divinidad. Asentarse y Equilibrarse permite al practicante conectarse con el poder sagrado presente en la Tierra. Ahora bien, sea que veas el matiz religioso o no, algo es seguro: la Tierra posee una consciencia, como todas las cosas, y es con dicha consciencia con la cual conectaremos.

Por otro lado, los beneficios de la técnica incluyen tanto la posibilidad de descargar en la tierra todo aquello que no nos sirve y nos perjudica (que la Tierra misma transformará) y de recargarnos para estar en un lugar de paz. Además que es una forma increíble de aprender a conectar y movilizar la energía que requieren nuestros trabajos mágicos.

La mayoría de versiones de Asentarse y Equilibrarse que he visto parecen seguir usar la metáfora del árbol para realizarla. Definitivamente es eficaz y disfruto mucho usándola. Como ya señalé, existen diversas variantes, por lo que anoto aquí aquella que uso.

Empieza respirando…inhalando y exhalando… puedes cerrar tus ojos y relajarte poco a poco y permite que los ritmos del aire que ingresa y sale de tu ser te conduzcan a un estado de calma. Percibes que hay más que aire a tu alrededor, notando la energía, la luz rodeándote y percibe poco a poco el lazo que te une con aquello que te rodea…notas cómo te encuentras completamente presente en este momento y en este tiempo. Percibe la marea de energía…el intercambio entre tu ser y todas las plantas de la Tierra… entre tu organismo y toda la creación. Permite que las tensiones se desvanezcan con tu aliento…

Dejas que tu atención se enfoque en el centro de tu pecho, en tu corazón…y desde ahí, con la respiración y la energía (que puedes verla en tu mente como cualquier forma que desees – luz, agua, viento, electricidad, estrellitas  fugaces, rayos láser, o una onda de calor o frío, o una vibración, o misiles1) y con tu deseo y tu intención, proyecta la energía que se haya en tu corazón hacia abajo, descendiendo por tu cuerpo y saliendo por el punto con el cual está en contacto con la tierra bajo tus pies (base de la columna si estás sentado, o pies si estás parado). No sólo lo veas, SIÉNTELO. Siente cómo tu ser busca y se extiende hacia la fuente de energía…saliendo de tu cuerpo e ingresando en la Tierra a través de la piedra y la roca y el agua y la lava…hasta alcanzar el corazón mismo de la Tierra. Que hagan contacto. Entrégate a ella. Sabrás cuando se haya formado establecido contacto.  Deja que aquello que no sirve se vaya a través de las raíces. Percibe (puedes ayudarte con la visualización y sincronizando con la respiración, inhalando cada vez que la fuerza de la Tierra asciende) la energía ascender a través de las raíces hasta tu cuerpo, que ahora es el tronco de un árbol.  Nota la forma en la que surgen ramas de tus hombros y coronilla, alimentados por la energía de la Tierra. Siente el poder de la tierra nutriéndote, sanando heridas y enfermedades. Permítele alimentar tu corazón y tu espíritu.


En este punto puedes elegir dos caminos:
a.       La energía fluye a través de las ramas y luego cae a tu alrededor, como una cascada, al suelo que te rodea, en un círculo.
b.      La energía fluye de las ramas y de la coronilla, pero esta vez asciende hasta los Cielos, a la fuente de la Energía Universal. Observa cómo dicha corriente de energía conecta con el corazón de los Cielos y el poder desciende hacia ti, inundando tu cuerpo, fortaleciendo tu corazón y alimentando tu espíritu, mezclándose y haciéndose una con la energía de la Tierra que hay dentro de ti. Siente cómo sigue su curso hacia el suelo que está debajo de ti… hasta sus profundidades… ahora conectas los Cielos y la Tierra…eres como el Árbol de la Vida.
Observa cómo te sientes equilibrado y en paz.

Notas: puedes usar esta meditación con la espalda apoyada al tronco de un árbol. Recuerda pedirle permiso antes de hacerlo. Generalmente notarás una actitud de bienvenida si está de acuerdo. Si no lo está, lo más seguro es que te sientas incómodo o que recibas alguna impresión confirmándolo. En este último caso, agradece y busca otro árbol. Al finalizar puedes dejar una pequeña ofrenda (algo de pan o agua son buenas opciones)

¿Desconectarse o no? He ahí la cuestión…

Algunas fuentes señalan que una vez terminada la meditación de Asentarse y Equilibrarse, se puede seguir adelante con la actividad programada (que puede incluir actividades del trabajo, sobre todo si hemos hecho este ejercicio en nuestra pausa para almorzar o antes de empezar un día particularmente intenso o largo. Yo mismo lo he hecho en  más de una ocasión) sin problemas.

Otras fuentes señalan  en cambio que es siempre una buena idea – especialmente en las primeras etapas – concluir la meditación cerrando la conexión, esto con la idea de que la energía movilizada por el cuerpo puede ser muy potente y puede crear algún “corto circuito” energético. En este caso, el ejercicio ha permitido acumular energía en un punto específico (el corazón) que sostendrá a la persona y le concederá la fuerza necesaria para otros trabajos.  Un tercer punto de vista sigue esta lógica: asiéntate y equilíbrate, cárgate de energía, haz lo que tengas que hacer y una vez que hayas terminado todo, agradece y termina la conexión.

Al inicio del artículo comentaba que parte de nuestro bienestar consiste en reconocer que estamos conectados con nuestro alrededor. Cuando hablamos de “cerrar una conexión” o “ponerle fin”, no es que estemos aislándonos del resto. En un sentido general siempre vamos a estar conectados a la Red (y de hecho tratar de mantener la ilusión de estar separados de ella por mucho tiempo es lo que nos puede meter en líos). En realidad aquí nos estamos refiriendo más a una forma de conexión psíquica específica, creada con un propósito determinado. Cerrar este tipo de conexiones NO tiene porqué afectar nuestra pertenencia o relación con la Fuerza Vital Universal.

 La manera básica de hacer esto consiste en invertir el proceso descrito más arriba: habiendo agradecido a la fuente (o fuentes) de energía contactadas, imaginamos y sentimos cómo su flujo empieza a disminuir poco a poco hasta detenerse.  Si sólo hemos trabajado con la energía de la Tierra, deja que el excedente que puedas tener en ti caiga en cascada al suelo. Si has trabajado con Cielo y Tierra, permite que el exceso de energía de Tierra ascienda por la conexión hasta el Cielo, y que el exceso energético del Cielo que hay en ti descienda por las raíces hasta el corazón de la Tierra.  Una vez hecho esto, retrae las raíces y ramas que has extendido, haciéndolas regresar hacia tu interior, hasta guardarse en el centro de tu pecho, en tu corazón.  Puesto que hay varias opciones, puedes probarlo.

Sólo una aclaración: si después de esto te sientes mareado o confundido, o inquieto en alguna manera, es probable que tengas energía excedente en tu ser. Por favor NO LA RETENGAS. Descárgala en algún modo. Puedes arrodillarte y tocar con las palmas de tus manos la tierra y enviar cualquier exceso de energía que sientas hacia la tierra (que puedes identificar como puntos de tensión o electricidad o “cargados” específicos en el cuerpo). También puedes echarte boca abajo sobre la tierra,  y dejar que todo exceso de energía se vaya. Otra buena opción es comer. Un poco de chocolate es genial en estos casos. Algún pastel o un pan también son buenas opciones. Esto hará que la energía se concentre en una acción física.

Practicante de Artes Mágicas
1.    
             1. Gracias, Hyperion J

Algunas referencias:
McCoy, E. (1998)  Hacer magia. Ediciones Robinbook, Barcelona
Curott, P. (2000)  El libro de las sombras. Ediciones Robinbook, Barcelona.
Curott, P. (2001) Witch Crafting. Broadway Books; Nueva York.
Penczak, C. (2007) The temple of shamanic witchcraft, Llewellyn; Woodbury, MN.
Parma, G. (2010) By Land, Sky & Sea. Llewellyn; Woodbury, MN.

Hyperion. The Unnamed Path Podcast, Ep. 11: Energy . Abril 16, 2007. Recuperado en febrero 02,  2014, de Unnamedpath.com 

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