En busca del Hechizo Perdido

Vamos que, pidiendo perdón por anticipado por el título salido de película (aunque tampoco me disculpo demasiado por ello), me pareció una buena manera de retomar el ritmo del blog –. NO es uno de mis propósitos de año nuevo (en otra ocasión hablaré acerca de mis reservas sobre los propósitos de año nuevo, cumpleaños y asociados), pero trataremos de darle un poco más de actividad a esta parte del mundo virtual.

Así que…buscamos el hechizo perfecto, ¿verdad? Ese que nos solucione la vida tal vez? Para los realistas y cínicos, tales cosas no existen, pero de nuevo, incluso los más “realistas” en el mundo mágico somos culpables de haber pensado alguna vez en hechizos o rituales que con sólo realizarlos hagan que los cielos se abran y veamos descender nuestro objetivo realizado y servido en bandeja de plata frente a nuestros ojos. O tal vez ese que parece que existe en algún lugar del mundo o de la creación, o tal vez aquel que hemos buscado, incluso soñado realizar, pero que aparentemente nunca logramos concretar, incluso después de años de revisar el material y practicar y practicar.

 Aunque se me acuse de alucinado y considero que todo en este multiverso es posible, debo señalar que no muchas veces he visto materializaciones instantáneas resultantes de hechizos y rituales – he visto cosas realmente asombrosas…pero no necesariamente en el estilo de “materialización inmediata”, aunque de nuevo, no niego la posibilidad de ello (soy un convencido de que el Mundo Espiritual detesta verse clasificado y limitado por las criterios humanos de posible e imposible, por lo que de cuando en cuando puede que nos juegue alguna broma, aunque sea sólo para recordarnos el orden de las cosas, que siempre parece ir un poco más allá de lo que podemos saber).

Pero cuando hablo de “hechizos perfectos”,  mi mente suele ir un poco más allá del efecto “mundo Disney” (sin intención de incomodar a los admiradores del género,  la verdad es que yo también he crecido viendo sus películas y he disfrutado muchas de ellas J ), y pienso en un par de más de ideas o escenarios relacionados y con los que nos hemos roto la cabeza, tal vez tratando de entender cómo es que funcionan las cosas, posiblemente analizando las cosas desde diferentes perspectivas. Cierto, tarde o temprano empezamos a fluir mejor con el ritmo de las cosas, pero mientras tanto, éstas son algunas de las ideas que nos impulsan en la búsqueda y creación del "hechizo perfecto":

No quiero echarlo a perder: Pensamiento y sentimiento compartido por muchos (por novatos y por más de un experto) y que, en cierto modo, me atrevería a decir que indica un sentido de cordura y de respeto, mientras no nos sobrepase, desde luego.  Queremos hacer las cosas lo mejor posible, en el mejor modo en que sabemos y que podemos. Conectar en modo adecuado con las fuentes de energía, con la Divinidad, sin faltar el respeto a ninguno de los involucrados. De seguir algún código moral, Rede o guía que nos recuerda la importancia de lograr lo que deseamos lograr cuidando del bienestar de todos los involucrados, la preocupación por no cometer un error parece aumentar. El detalle es que, siendo humanos, gran parte de nuestras acciones pueden no resultar perfectas. Sinceramente, lo mejor y más honesto que podemos hacer es enfocarnos en nuestro trabajo y poner todo nuestro esfuerzo, prepararnos, cuidar de los detalles sin rayar en los límites de la ansiedad y recordar por qué hacemos lo que hacemos.  Si queremos reunir cierta información o asegurarnos de que vamos por buen camino,  ahí entra el “sistema de inteligencia”, que puede ir desde conversar con amigos de confianza u obtener información de personas involucradas en el tema que queremos trabajar, hasta el uso de técnicas de divinación.

En este punto me recuerdo siempre de aquellas historias, mismos mitos urbanos, sobre hechizos y rituales de amor que terminaron creando relaciones codependientes o hechizos y trabajos mágicos para conseguir más dinero que terminan en la muerte de algún familiar que deja una herencia beneficiando al brujo o mago, o solicitante del ritual. Me pregunto, ¿cómo empezaron estos relatos a circular? ¿por qué en  todos los casos que he oído al respecto, es siempre un tema de “conocí al amigo de una amiga de un familiar de una prima de mi pareja que me comentó que…”?  y sobretodo, ¿cuál es el propósito de estas historias: Intentan mostrarnos la importancia de un trabajo cuidadoso, o se concentran en inspirar temor para no hacer tal o cual cosa?  Muchos relatos de esta clase parecen reavivar el aspecto del miedo ante resultados indeseados. El problema es cuando trabajamos con miedo en nuestros corazones y nuestras mentes... sabemos que, en términos mágicos, la mente parece tener mucha más facilidad trabajando con imágenes y sensaciones y emociones que con palabras solas, pero si descubrimos que las palabras de nuestro rito se enfocan a atraer la prosperidad infinita del universo mientras que al mismo tiempo estamos acordándonos de estos relatos y tememos que tal vez el origen de nuestra prosperidad sea algún familiar que fallece repentinamente o que hacer un hechizo para propósitos económicos sólo trae conflictos y penas…cuando menos estaremos saboteando nuestro propio trabajo, y estaremos entrando en un círculo vicioso.

Resultados 100% garantizados: Después de temer a cometer un error, éste tal vez sea el otro escenario bastante común. No sé si sea tanto un asunto de “no obtener resultados” como un asunto de “no obtener los resultados esperados.” He visto muchos textos y sitios en internet que reservan alguna sección sobre qué hacer cuando “la magia no funciona”. Bien se ofrecen explicaciones o posibles teorías acerca de por qué no funcionaron. Necesito reconocer que tengo mis dudas acerca de si, en serio, los hechizos y rituales fallan con tanta frecuencia como muchos parecen señalar. Creo que a veces no funcionarán, por motivos varios – que van desde cuestiones de concentración y enfoque hasta cláusulas impuestas a modos de “mecanismos de seguridad para evitar arruinarlo todo” (ver apartado anterior).  Pero, para la gran mayoría de los casos, me atrevo a decir que se obtienen resultados. La magia siempre funciona,  incluso cuando no obtenemos los resultados inicialmente esperados. En tales casos, cierto, podemos siempre re-evaluar, revisar la estrategia, la perspectiva, el enfoque, los objetivos, la manera en cómo se trabajó, etc, etc. Tomándome el permiso para modificar una frase muy usada, podemos aprender no sólo de nuestros errores, sino también de nuestros aciertos – y de nuestros aciertos parciales. Desde luego, la divinación puede ser una guía valiosa en este sentido también.

Una nota en este sentido: A veces confundimos el ser agradecidos con el ser conformistas. Si estamos haciendo un trabajo mágico bien diseñado para algún objetivo específico (digamos una mejora laboral, dado que es un tema frecuente) y obtenemos una oferta de trabajo pero resulta que realmente no ofrece nada nuevo y lo único que cambiaríamos sería el trayecto de casa al trabajo...tenemos derecho a decir "gracias, pero no, gracias". No nos vamos a morir por eso. Podemos agradecer por las bendiciones recibidas pero explicar al mismo tiempo que realmente estamos buscando algo diferente, y quizá seamos más específicos en esta ocasión o revisaremos nuestra estrategia.

Más es mejor: Yo mismo he sido responsable de caer un par de veces en este modo de pensar. Eran mis primeros años en esto (aunque tuve mis encuentros ocasionales en años posteriores con esta perspectiva), y como buen curioso, revisaba las listas de correspondencias de cuanto libro pudiera.  Encontré cosas muy interesantes, simplemente fascinantes. El detalle es que quería combinarlas todas. Así que en una bolsa de encantamientos terminaba metiendo cuanta hierba y aceite encontrara que estuviera relacionado con mi objetivo. Le añadía colores y velas, y hasta plumas de aves  relacionadas al objetivo. 

La explicación que le daba a esto era bastante sencilla: estaba empezando, quería asegurarme de estar haciendo bien las cosas y sabía que cada uno de estos elementos, que tenían propiedades “catalizadoras”, brindarían su energía a mi labor. Pero con todo y el material que le metía, me seguía quedando con la impresión de que había algo que faltaba. Aunque hubiera tenido suficiente para crear una bomba mágica, la sensación de algo faltante permanecía…

Con el tiempo se hizo más claro que no era tanto un asunto de cantidad como de calidad. No porque los materiales fueran sintéticos o porque las hierbas estaban pasadazas, sino más en el sentido de relación con los ingredientes.  Empecé a entender que si voy a trabajar con algún objeto o energía, necesito primero entenderla, conocer quién es y sintonizar con ella, más allá de sólo cargarla o programarla. Conozco gente muy hábil que considera que cualquier herramienta o hierba o cristal que usen deben hacer lo que ellos ordenan. Genial si les funciona. Es un enfoque válido y efectivo, pero también hay veces en que creo que es mejor crear una alianza más que un sometimiento (aunque no niego que esto último puede ser en ocasiones necesario).

Algo similar ocurre con las listas de dioses y espíritus. ¿Alguna vez has pensado llamar a cuanto dios o diosa existe que estén relacionados con una energía especial, como por ejemplo, la protección? Tentador, ¿cierto? Tendríamos a un ejército de dioses a nuestras espaldas, provenientes de diferentes panteones. El detalle es que, nada nos asegura que estos dioses se lleven automáticamente bien – incluso viendo a los dioses sólo como metáforas de energías naturales con nombres bonitos, puedes reconocer el aspecto cultural presente, lo que hace que pregunte: ¿se podrían entender las energías egipcias con las nórdicas? Personalmente les preguntaría antes de juntarlos en una gran fiesta pagana. Además, si consideramos que algunos panteones parecen tener un cierto aire de familia disfuncional cuando muchos dioses están juntos en un mismo lugar, tenemos de nuevo más que pensar. Como dato interesante, debe señalarse que algunos rituales obtienen su fuerza específicamente de la conexión del practicante con su deidad patrona/guardiana, como por ejemplo en el caso de algunos ritos de exorcismo.

Más antiguo es más potente: Tal vez mi favorito. Nadie puede discutir el gusto existente en la comunidad pagana y mágica en general por “lo antiguo” y “las formas tradicionales.” Hasta uno de los nombres usados para referirse a las prácticas paganas es el de “Las Antiguas Formas”.  A esto sólo puedo decir: cierto, hay poder en las formas antiguas. Por práctica, por conocimiento, por sabiduría, aquellas que han perdurado contienen fuerza. Contienen el poder de nuestros ancestros. Nos permiten conectar con la magia practicada por quienes nos han precedido. Lo que me parece fantástico. Pero vamos, que también nuestra creatividad tiene su lado bueno, y se ha hecho presente en diferentes maneras – no sólo en la “reconstrucción” y “redescubrimiento” de diversas formas de veneración y práctica pagana, que en varios casos fueron creaciones con menos de un siglo de existencia, pero que se intenta pasar como sabiduría intacta de hace 5000 años -, sino también de formas de magia que reconocen y usan abiertamente personajes inventados en la cultura popular para sus ritos (como la magia del caos y su gusto por personajes como Bugs Bunny y Rico MacPato, entre otros) y que pueden ser muy eficaces.  Recuerdo cuando se hablaba de un antiguo cántico gaélico de protección sumamente potente que traducido al español era una forma de “Mary tenía un corderito…”, pero que parecía tener preferencia porque “era antiguo”, en lugar de un hechizo más moderno pero que en efecto tenía más coherencia con el propósito de protección. Hay mucha sabiduría que podemos recuperar de nuestros Ancestros y del pasado. Pero, ¿por qué ignorar las cosas buenas que podemos crear ahora?

Practicante de Artes Mágicas