31 de mayo de 2013

La Pirámide del Brujo

Podría comenzar con una introducción grandilocuente al respecto del tema. O tal vez una larga explicación acerca de la poca actividad del blog en estos meses. Pero la verdad es que últimamente no se me da demasiado la grandilocuencia. Tampoco es que vaya a dejar de lado las metáforas o ejemplos. Me gustan. Así que después de una pausa – mitad forzada y mitad deseada, para ser honestos – es momento de retomar las cosas. A estas alturas, y con toda franqueza, ya no sé si sean muchos o pocos los que lean el blog. Y aunque se agradece enormemente el interés genuino que cualquiera pueda tener en este rincón del Internet – así como su participación -, pues se trata más de un lugar en donde compartir experiencias – o simplemente publicar lo que pienso y siento a modo de diario virtual -. De todos modos, después de este breve divagar, aquí va:  
En los últimos meses he estado repasando un concepto que se conoce comúnmente en círculos paganos y mágicos como la “pirámide del brujo” – los adeptos al enfoque un poco más alejado del paganismo puede que lo conozcan como “los cuatro poderes del mago.” Este concepto habla acerca de un grupo de cualidades, características, habilidades o “poderes” que el practicante de magia debe desarrollar y sobre los cuales apoya su trabajo y crecimiento en las Artes. Normalmente se reconocen 4 en este grupo: conocer, atreverse, desear y callar o guardar silencio. Cada uno con sus respectivas explicaciones y asociaciones elementales y de herramientas o armas mágicas y puntos cardinales  y estaciones del año y demás. Como es de suponerse a estas alturas, no suele haber un consenso único acerca de “qué correspondencia se asocia a qué poder” – o al menos no he encontrado una única explicación al respecto – pero sí suelen identificarse ciertas tendencias: el conocer se asocia al aire, el atreverse al agua (lo sé, la primera reacción es asociarlo al fuego, ¿verdad?), el desear se asocia al fuego (por su conexión con la voluntad) y el callar o guardar silencio se conecta con la tierra.
El tema es que habiéndome encontrado con este poco de información mágica una y otra vez en mi vida mágica, no empecé a considerar la utilidad de basarse en este concepto o modelo mágico hasta que encontré una referencia a 5 poderes, en lugar de los tradicionales 4 1 .
En esta versión, además de las 4 habilidades o cualidades mencionadas se encontraba una más, la habilidad para imaginar. A esto se añadía la consideración al quinto “elemento”: el Espíritu (sí, ese que aún continúa creando conflicto cada cierto tiempo entre los teóricos mágicos y los eruditos sobre si “es o no es un elemento” como los otros 4). Con un poder y un elemento adicional, las asociaciones cambiaban del siguiente modo:
  • Conocer: Espíritu  
  • Atreverse: Agua
  • Guardar Silencio: Tierra
  • Imaginar: Fuego
  • Desear: Aire *
Aunque tal vez no concuerde con la mayoría, lo que me impactó de esta versión – lo que hace que todavía la considere y recurra a ella en mi práctica aun cuando varias cosas dentro de la misma han cambiado a través del tiempo – es la manera en cómo se presentaba cada habilidad. No eran sólo cualidades que un mago debía desarrollar, sino eran la estructura sobre la cual el practicante se apoyaba para conjurar toda su fuerza y trabajar su magia. Más que destrezas, constituían el arsenal del brujo. Su “artillería mágica”, por así decirlo (les dije que las metáforas y la grandilocuencia no quedarían fuera por mucho tiempo). Conocer implicaría mucho más que reunir teoría e información y detalles hasta el punto de convertirte en un libro de Sombras andante: es conocer nuestras habilidades, nuestras fortalezas, debilidades, deseos, anhelos, temores y expectativas más profundas; en resumen, conocer quiénes somos en nuestro yo más íntimo. Guardar Silencio es más que no hablar o presumir de nuestros hechizos y prácticas, y se convierte en una referencia al silencio interior y a la serenidad que alcanzamos para conectar con la Energía y la Divinidad. Atreverse implica encender nuestras emociones hasta el máximo – recordando que la magia que realizamos se nutre de nuestro valor y de nuestras emociones. Imaginar significa permitir a los fuegos de la creatividad arder con fuerza e iluminar cada uno de los rincones de nuestra mente y ser. Desear es enfocar la voluntad  y la fuerza reunida en un punto con precisión – no sirven medias tintas.
Este enfoque es en sí todo un sistema. Como mencioné, en mi práctica he encontrado alternativas al modelo tradicional y a este modelo de la pirámide – incluyendo un lado más oscuro de la misma, destinado a un trabajo más interno. En este punto me cuesta decidir si mi pirámide tendría 4 o 5 poderes. Ambas perspectivas han probado ser sumamente poderosas y reveladoras en mis trabajos. Conociéndome, capaz termino integrando ambos modelos, o termino creando algo diferente a una pirámide del Brujo (¿podríamos llegar a crear un icosaedro del Brujo? ). Es un trabajo en progreso. Como muchos otros elementos y aspectos de mi vida y práctica.


1.       Cuhulain, K. (2002). Llewellyn Worldwide, MN.


* Existe una versión “alternativa” que incluye al Espíritu y lo asocia a un quinto “poder” que es el de “ir” o fluir con la fuerza de la vida por aquello que se desea. Sería interesante considerar cómo es que este modelo funcionaría en tu práctica. 

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