Realmente hablar de Karma en este
punto del PBP – en el que corresponde la letra “K” – parece cuando menos,
predecible. No existen muchas palabras en el mundo mágico que empiecen por K.
podría haber elegido “Ki”, pero se trata de un término que rara vez uso. Habría
elegido “kinesis” en honor a la variedad de habilidades psíquicas asociadas con
tal terminación (psicokinesis, telekinesis, aerokinesis, pirokinesis… y demás),
pero me gustaría abordar tal tema en otra ocasión. Finalmente, habría podido
elegir hablar de la Kábala hebrea – si bien “Qabbalah” sería una escritura más
adecuada del término – pero admito que recién me estoy introduciendo en el
área, así que supongo que será para más adelante. Así que, pasemos al Karma.
No tengo mucho que decir al respecto
en lo que se refiere a explicaciones, teorías y demás. Muchos libros y autores
y practicantes se habrán asegurado de ofrecer explicaciones sumamente
detalladas sobre la naturaleza del karma (otros tal vez sólo hayan dado
explicaciones o referencias breves y tajantes, es cosa de cada uno). Pero con tanta teoría, puedo preguntar ¿qué
es el Karma para ti? Y más aún ¿Crees en
el Karma?
Sé que algunos dirán que el Karma
es como la ley de la causa y el efecto. Otros citarán la definición de Karma
como “acción”. Alguien la equiparará a
una forma de retribución cósmica. En muchos casos, se considera que el karma es
algo infalible – lo que podría ser cierto al considerar que toda acción tiene
una reacción y resultado o consecuencias (hey, tres elementos presentes… ¿sería
esta otra forma de ver la ley de tres en acción?)-. Pero hay gente que duda
acerca de la infalibilidad del karma, o cuando menos creen que su velocidad
pareciera ser tan lenta que pareciera no llegar nunca.
Dejando los cuestionamientos al
orden cósmico y al ritmo de las cosas universales de lado, ¿podemos considerar
que el Karma es justo, según conceptos y perspectiva humana? Cierto,
generalmente se asume que la forma y caminos de la Divinidad van más allá de la
compresión humana – lo que por un instante casi me deja un cierto sabor de boca
a separación, pero bueno (observa el énfasis en el casi) – y por lo tanto,
no siempre comprenderemos lo que ocurre en un primer momento. Hasta ahí,
realmente no hay mayor confusión. Aunque luego surge el punto de “en esta vida
pagas por lo que has hecho en tus anteriores vidas” que realmente, sí considero
injusto, o cuando menos no logro encontrarle la coherencia. El problema con
esta idea no es tanto “pagar” por lo que se ha hecho, sino que no recuerdas las
acciones por las que tienes que pagar. Suena casi conveniente…
Desde luego que para que esta
teoría sea real es necesario aceptar que nuestros espíritus reencarnan intactos
de una vida a la siguiente – cierto, olvidamos lo que hemos vivido y asimilamos
las experiencias vividas, pero fuera de eso, nuestros espíritus continúan
siendo los mismos – igual de íntegros. No obstante, puede encontrarse otra
creencia dentro de algunas corrientes de la brujería que propone la existencia
de un proceso de “reciclaje de almas”, en el que, después de un periodo de
descanso, las almas de los fallecidos ingresan en el Caldero de la Diosa y
pasan a ser parte de una especie de “caldo cósmico espiritual” a partir del
cual la Diosa forma nuevas almas que, si bien conservan muchos aspectos de lo
que eran, ahora poseen otros rasgos o características que en el pasado pudieron
haber formado parte de otras almas… Si creemos en el Karma como pura
“retribución” pensaremos que ahora tendremos que pagar por nuestros errores Y
ADEMÁS por los errores que cometieron otras personas en otras vidas…Seguiría
presente la idea de Karma como resultado de nuestras malas acciones o nuestras
deudas…pero ¿es acaso todo karma algo malo? ¿En qué momento surgió tal idea?
¿Puede cambiarse?
También hay quien afirma que el
karma es algo que se paga en esta vida – de nuevo, esa ecuación de “karma =
cosas malas que regresan para darte un puntapié en el trasero” -. Según los
defensores de esta postura a los que he podido escuchar (lo que no equivale a
decir TODOS los defensores de la misma) el karma es una manera muy efectiva de
mantener el balance en el universo – lo que no resulta tan polémico, hasta que surge el comentario de “yo no creo en la
confesión, creo en el karma”, en una clara crítica al sacramento católico de
Reconciliación, más comúnmente conocido como Confesión. Si bien es cierto que
este sacramento tiene por finalidad purificar
el alma mediante el perdón del pecado cometido1 de manera que la
conexión con la Divinidad pueda restablecerse (de ahí el nombre de reconciliación), dudo que esto equivalga
a un “borrón y cuenta nueva kármico”, en el sentido de que pierdes toda
responsabilidad por el daño que hayas causado, así como la responsabilidad por
corregir dicho daño o ayudar a enmendar la situación (de ahí que para que el
sacramento mencionado cumpla verdaderamente su propósito es necesario el
llamado propósito de enmienda). Aún
con confesión, necesitas ayudar a restablecer el balance de las cosas (que
existan personas que no lo hagan, es otro tema).
Si el karma implica asumir la
responsabilidad de tus acciones, las buenas y las malas, se puede convertir en
una fuente de sabiduría y crecimiento, e incluso de empoderamiento. Al asumir
la responsabilidad de aquello que haces, adquieres control, dominio y poder
sobre ti mismo. Te encuentras un paso más cerca de la Soberanía del Ser – el
ser soberano de tu vida y del destino que creas. Nada mal, ¿verdad?
Practicante de Artes Mágicas
Notas:
- Es curioso observar que también existen practicantes de magia con una perspectiva pagana que reflexionan acerca de la existencia del pecado. Marian Green, por ejemplo, refiere que el pecado “es la ausencia del bien, un error, o un acto deliberado contra el correr de la evolución tal vez, pero puede con frecuencia corregirse. ”(Green, M. Magia y Naturaleza. Temas de Hoy: Madrid. p. 192 )
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