17 de octubre de 2012

PBP: "K" es por "Karma"


Realmente hablar de Karma en este punto del PBP – en el que corresponde la letra “K” – parece cuando menos, predecible. No existen muchas palabras en el mundo mágico que empiecen por K. podría haber elegido “Ki”, pero se trata de un término que rara vez uso. Habría elegido “kinesis” en honor a la variedad de habilidades psíquicas asociadas con tal terminación (psicokinesis, telekinesis, aerokinesis, pirokinesis… y demás), pero me gustaría abordar tal tema en otra ocasión. Finalmente, habría podido elegir hablar de la Kábala hebrea – si bien “Qabbalah” sería una escritura más adecuada del término – pero admito que recién me estoy introduciendo en el área, así que supongo que será para más adelante. Así que, pasemos al Karma.

No tengo mucho que decir al respecto en lo que se refiere a explicaciones, teorías y demás. Muchos libros y autores y practicantes se habrán asegurado de ofrecer explicaciones sumamente detalladas sobre la naturaleza del karma (otros tal vez sólo hayan dado explicaciones o referencias breves y tajantes, es cosa de cada uno).  Pero con tanta teoría, puedo preguntar ¿qué es el Karma para ti? Y  más aún ¿Crees en el Karma?

Sé que algunos dirán que el Karma es como la ley de la causa y el efecto. Otros citarán la definición de Karma como “acción”.  Alguien la equiparará a una forma de retribución cósmica. En muchos casos, se considera que el karma es algo infalible – lo que podría ser cierto al considerar que toda acción tiene una reacción y resultado o consecuencias (hey, tres elementos presentes… ¿sería esta otra forma de ver la ley de tres en acción?)-. Pero hay gente que duda acerca de la infalibilidad del karma, o cuando menos creen que su velocidad pareciera ser tan lenta que pareciera no llegar nunca.

Dejando los cuestionamientos al orden cósmico y al ritmo de las cosas universales de lado, ¿podemos considerar que el Karma es justo, según conceptos y perspectiva humana? Cierto, generalmente se asume que la forma y caminos de la Divinidad van más allá de la compresión humana – lo que por un instante casi me deja un cierto sabor de boca a separación, pero bueno (observa el énfasis en el casi) – y por lo tanto, no siempre comprenderemos lo que ocurre en un primer momento. Hasta ahí, realmente no hay mayor confusión. Aunque luego surge el punto de “en esta vida pagas por lo que has hecho en tus anteriores vidas” que realmente, sí considero injusto, o cuando menos no logro encontrarle la coherencia. El problema con esta idea no es tanto “pagar” por lo que se ha hecho, sino que no recuerdas las acciones por las que tienes que pagar. Suena casi conveniente…

Desde luego que para que esta teoría sea real es necesario aceptar que nuestros espíritus reencarnan intactos de una vida a la siguiente – cierto, olvidamos lo que hemos vivido y asimilamos las experiencias vividas, pero fuera de eso, nuestros espíritus continúan siendo los mismos – igual de íntegros. No obstante, puede encontrarse otra creencia dentro de algunas corrientes de la brujería que propone la existencia de un proceso de “reciclaje de almas”, en el que, después de un periodo de descanso, las almas de los fallecidos ingresan en el Caldero de la Diosa y pasan a ser parte de una especie de “caldo cósmico espiritual” a partir del cual la Diosa forma nuevas almas que, si bien conservan muchos aspectos de lo que eran, ahora poseen otros rasgos o características que en el pasado pudieron haber formado parte de otras almas… Si creemos en el Karma como pura “retribución” pensaremos que ahora tendremos que pagar por nuestros errores Y ADEMÁS por los errores que cometieron otras personas en otras vidas…Seguiría presente la idea de Karma como resultado de nuestras malas acciones o nuestras deudas…pero ¿es acaso todo karma algo malo? ¿En qué momento surgió tal idea? ¿Puede cambiarse?

También hay quien afirma que el karma es algo que se paga en esta vida – de nuevo, esa ecuación de “karma = cosas malas que regresan para darte un puntapié en el trasero” -. Según los defensores de esta postura a los que he podido escuchar (lo que no equivale a decir TODOS los defensores de la misma) el karma es una manera muy efectiva de mantener el balance en el universo – lo que no resulta tan polémico,  hasta que surge el comentario de “yo no creo en la confesión, creo en el karma”, en una clara crítica al sacramento católico de Reconciliación, más comúnmente conocido como Confesión. Si bien es cierto que este sacramento tiene por finalidad purificar el alma mediante el perdón del pecado cometido1 de manera que la conexión con la Divinidad pueda restablecerse (de ahí el nombre de reconciliación), dudo que esto equivalga a un “borrón y cuenta nueva kármico”, en el sentido de que pierdes toda responsabilidad por el daño que hayas causado, así como la responsabilidad por corregir dicho daño o ayudar a enmendar la situación (de ahí que para que el sacramento mencionado cumpla verdaderamente su propósito es necesario el llamado propósito de enmienda). Aún con confesión, necesitas ayudar a restablecer el balance de las cosas (que existan personas que no lo hagan, es otro tema).

Si el karma implica asumir la responsabilidad de tus acciones, las buenas y las malas, se puede convertir en una fuente de sabiduría y crecimiento, e incluso de empoderamiento. Al asumir la responsabilidad de aquello que haces, adquieres control, dominio y poder sobre ti mismo. Te encuentras un paso más cerca de la Soberanía del Ser – el ser soberano de tu vida y del destino que creas. Nada mal, ¿verdad?

Practicante de Artes Mágicas

Notas:
  1. Es curioso observar que también existen practicantes de magia con una perspectiva pagana que reflexionan acerca de la existencia del pecado. Marian Green, por ejemplo, refiere que el pecado “es la ausencia del bien, un error, o un acto deliberado contra el correr de la evolución tal vez, pero puede con frecuencia corregirse. ”(Green, M. Magia y Naturaleza. Temas de Hoy: Madrid. p. 192  )

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