5 de septiembre de 2012

Proyecto de Blog Pagano: "F" es por "Fumar"




Nota: el siguiente es una traducción del artículo "The cultural significance of tobacco use in South America", encontrado en el sitio web:

«No soy un borracho, pero tampoco soy un santo. Un hechicero no debería ser un "santo"... Debería poder descender tan bajo como un piojo y elevarse tan alto como un águila... Debes ser dios y diablo a la vez. Ser un buen hechicero significa estar en medio de la tormenta y no guarecerse. Quiere decir experimentar la vida en todas sus fases .Quiere decir hacer el loco de vez en cuando. Eso también es sagrado.»

El tabaco

Si se habla del tabaco sé, porque fumo desde hace años, que se satanizará su uso, el sólo leer sobre fumar se considerara algo lamentable a no ser que me mande a colocar cientos de miles de fotos de gente muriendo de cáncer, claro que de esas fotos no todos han sido grandes fumadores e incluso no siempre es el fumar el que provocó el cáncer. Sin embargo quisiera tratar más sobre el aspecto mágico religioso de fumar e incluso de curación y hablar por ejemplo del  chamán.

Ahora el uso y la importancia del cigarro es simple y fácil de explicar: es un psicotrópico (que altera la percepción). Se puede asimismo argumentar con base sólida que el descubrimiento del potencial alucinógeno de diferentes especies, incluso el de varias otras distintas de las nicotianas, no se debe a la agricultura, y que los shamanes de los pueblos cazadores-recolectores arcaicos – que como sabemos dependían fuertemente y quizás en mayor grado aún del reino vegetal para su sustento que de la caza de animales – pudieron haber buscado concientemente en su entorno las plantas auxiliares que hasta el día de hoy se usan en muchos lugares de América del Sur.


Historia
Un mito brasileño sostiene que el tabaco es un atributo de Dios, que es su representante en la tierra. Para los mayas, las estrellas fugaces son las cenizas incandescentes de sus cigarros, el trueno es el ruido de dos rocas, los relámpagos son las chispas que se desprenden y las nubes son el humo de los puros del dios de la lluvia, por lo que ofrecían las primeras cosechas de tabaco a los dioses. Los indios del Caribe utilizaban el tabaco como droga alucinógena y vivían envueltos en el humo de Nicotina tabacum, que en Cuba los aborígenes llamaban «cohíba». La cultivaban en pequeños conucos en medio de los sembrados de yuca y su uso era ritual y medicinal.

Los primeros que usaron las hojas de tabaco para fumarlas fueron los mayas hace 1.500 años. Sus tallas y grabados demuestran que este pueblo centroamericano consideraba que fumar era un acto religioso y ceremonial. Se conservan imágenes de sacerdotes fumando en actitud de adoración al sol. Los mayas estaban convencidos de que la enfermedad era producida por un espíritu que se apoderaba del enfermo, y el mejor modo de expulsarlo era mediante el humo del tabaco.

A finales del siglo XII, los aztecas invadieron el territorio maya y asimilaron la costumbre de fumar tabaco, atribuyéndole un sentido más social que religioso. Los aztecas conservaron la costumbre hasta la llegada de los españoles a principios del siglo XVI.

Antonio Joseph Rodríguez resumió en el siglo XVIII las virtudes que se atribuían al tabaco: «Es remedio el tabaco, y admirable, por lo mismo que es medicamento activo. En las hemicráneas, y demás dolores de cabeza por rinitis, y otras fluxiones, y destemplanzas frías, y linfáticas, es remedio grande. Su humo por las narices y oídos, mata los gusanos o lombrices, cuando por estos duele la cabeza. Y sus hojas verdes, medio asadas sobre rescaldo, y puestas sucesivamente según se sequen, sobre la Cabeza, curan la Jaqueca» (Palestra Critico-Medica, Zaragoza 1744).

Fue utilizado por los indios amazónicos dentro de un contexto cultural, con fines mágico-religiosos y curativos. Con el descubrimiento de América sale de ese contexto, extendiéndose su uso por España primero y posteriormente por el resto de Europa. Su consumo en un principio, fue privilegio de las clases sociales más elevadas por su alto precio y se le atribuyeron extraordinarias propiedades terapéuticas. En España, la inquisición prohíbe el uso de éste por considerarlo una práctica bárbara y procedente de una cultura salvaje, y en Turquía, estaba penado su uso con la decapitación.

El tabaco y la magia

En vista del carácter desagradable y la amenaza mortal contra la salud que implica la praxis del uso del tabaco en América del Sur, uno se pregunta por qué razón esta droga ha logrado una importancia tan grande en la vida religiosa y ritual de los indígenas. Sin ninguna duda, el tabaco como otras substancias psicotrópicas colectadas por los hombres ofrece una clase de escape de las condiciones de vida y de la presión. La adicción a la nicotina como también las consideraciones socioculturales ha jugado papeles adicionales al respecto. Más importante fue, que para mantener su credibilidad y efectividad como agentes y curanderos religiosos, los chamanes tenían que demostrar su poder espiritual para ellos mismos y para su comunidad en una base de continuidad; el tabaco, debido a los efectos de la nicotina en el cuerpo humano, les ayudaba a alcanzar esta meta.

Es esencial para aquellos chamanes que usan tabaco (como para los chamanes en general) ser considerados y que ellos se consideren a sí mismos que están dotados de fuerzas sobrenaturales.

Otro motivo por el cual el tabaco es popular en chamanes y curanderos es que ellos  observan el cambio de sus voces que han sido ásperas y guturales ya que experimentan los típicos síntomas de aflicción de “la garganta del fumador” que es un tono característico, gutural y bajo, considerado como más apropiado que la voz humana para el trato con sobrenaturales.

La vista paranormal causada por la ingestión de nicotina es un resultado especialmente importante. Es decir cuando se consigue una especie de sobredosis de nicotina permite al no solamente ver en la obscuridad sino también vivir en lo sombrío que es el resultado, ante todo, de la condición de los cambios neurológicos en la retina y, solamente en forma secundaria (si el consumo de tabaco no ha sido refrenado) por daño del nervio óptico. En consecuencia, la ambliopía tabacalera es reversible mediante la abstención de nicotina de modo se puede entrar o dejar la obscuridad del Otro Mundo según quiera. En suma, la nicotina es usada como algunos como una droga que cambia la vista y cambia la visión, permitiéndoles ver lo que se oculta y el futuro, una capacidad que les facilita actuar como videntes, profetas e interpretadores de sueños.

Por otro lado hablando o refiriéndonos más a simbologías neopaganas el ser un fumador es como ser una especie de maestro de fuego, honrarlo y comulgar con él en la medida de lo posible condensando nuestros pensamientos de la misma forma que el fuego, mientras el fuego quema distracciones y maximiza nuestro espíritu; es poder  alcanzar calos en nuestra mente  por haber asimilado el calor mágico de un cigarro. Ingerida la nicotina, aumenta la transpiración y la liberación de norepinefrina produciendo una caída de la temperatura en la piel que puede provoca relajación (al menos a mí) y me ayuda a despejarme, me centra en mí misma cuando el ambiente externo es una tormenta. No sólo lo hace por la forma en la que fumo, de hecho el tabaco (nicotina) tiende a disminuir o hasta quitar el dolor o las contracciones del estómago por el hambre, que en turno son causadas por estímulo del nervio sensorial que termina en la boca y en el estómago mucoso. El deseo de comer es también frenado por el efecto calmante de la nicotina referente a los órganos del gusto como también por niveles más altos del azúcar sanguínea, lo que estimula el hígado a liberar los carbohidratos almacenados; incluso he leído que la nicotina puede funcionar, como un freno para el apetito por acción directa o indirecta en el hipotálamo, pero de esto prefiero no hablar primero porque llevo una gastritis a cuestas y segundo porque es la dieta más estúpida de la que he escuchado.

Además algunos chamanes que en esencia son curanderos, usan el humo de tabaco para soplar partes enfermas de sus pacientes. Obviamente que la mayor parte de casos esto es lo más contraproducente que pueden hacer, lo dirán los que son doctores o al menos los que tienes criterio; a los que me refiero es que para ciertas personas el humo del tabaco (obviamente no el camel forte que me suelo fumar) tiene o genera sensaciones que consideran sanas y buenas, viendo el cigarro como un aliado - obviamente uno sin tanto químico dañino - y soplan humo de tabaco y saliva contra enemigos de la atmósfera tales como tempestades, relámpagos y contra un ejército de adversarios que amenazan la existencia humana.

Lo que resulta claro mediante estos ejemplos es que los indígenas americanos usaban el tabaco como una droga que confirma la vida, es decir, que ordena la vida. Las creencias chamanísticas de los no-practicantes del uso del tabaco de los cazadores Paleo-indios, el alto valor que depositaban en el trance extático y las experiencias especiales y atributos adscritas al chamán como especialista en lo sagrado, todo proveyó un fondo de ecos de valores al cual tabaco-chamanes de los Neo-indios agroculturales podían proyectar la experiencia de su droga con una compatibilidad notable. Contrariamente, la escena moderna de la droga, privada del derecho a representación del ambiente cultural, es a menudo carente de valores transcendentales de modo que escenarios de pseudo imaginación tienen que ser evocados (a manera de publicidad) para hacer el uso del tabaco aceptado, basado únicamente en fundamentos hedonísticos.

Dependencia.

El tabaco desarrolla una dependencia psicológica, que se encuentra fundamentalmente asociada al ritual del acto de fumar. Se desarrolla tolerancia a la nicotina que hace incrementar la cantidad consumida al doble o al triple, aunque desciende rápidamente con la interrupción del uso del tabaco, por eso hace más efecto el cigarrillo de la mañana.
Aunque no de carácter grave, con la interrupción del hábito, se presenta un síndrome de abstinencia con diferente intensidad, según el individuo, en forma de alteraciones psíquicas como intranquilidad, falta de concentración, alteraciones de apetito y de carácter orgánico como secreciones, estreñimiento, hipotensión, etc. El fumador dependiente que interrumpe el consumo, suele experimentar en los primeros días alteraciones neurovegetativas tales como sudoración, palpitaciones y mareos, crisis del mal humor, problemas de relación por falta de control, depresión, aumento de peso, etc.

Existe una alternativa muy importante. En las tiendas especializadas de tabaco, se vende el tabaco de la hoja natural, embalado en otro tipo de cajas, como una modalidad más del producto. Pues bien, se supone que ese tabaco está más libre del procesado industrial en donde se dedican a contaminar la planta, añadiéndole las sustancias y aditivos peligrosos. Pregunta por esa clase de tabaco natural en tu tienda.
O bien si tenemos un proveedor agricultor que nos facilite el producto, hojas de tabaco naturales, también vale. Se trata de que cuanto más pura y natural sea la hoja de tabaco que fumamos, mucho mejor. Pues el problema no está en la planta, sino en las industrias tabaqueras.

También cabe tener en cuenta otra idea alternativa. No sólo existe el tabaco en forma de planta. Existen más de 40 plantas fumables, además de la hoja de tabaco, y que son completamente inofensivas para la salud humana, incluso muchas de esas variedades de plantas fumables se utilizan también en infusiones y tienen una serie de beneficios para el organismo. Es cuestión de probar la planta adecuada que se pueda ajustar a nuestro gusto y necesidades.

Lumena

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