Si bien se trata de una forma en desuso del
término moderno “adivinación”, se trata de una palabra hacia la cual tengo
cierto afecto – en gran medida porque me parece más cercana a la función máxima
de dicho arte: la comunicación con la divinidad. Desde luego que no me
concentraré en forzar modas ni en revolucionar la lengua española, por lo que
por cuestiones prácticas y para evitar conflictos lingüísticos innecesarios,
usaré ambos términos – divinación y adivinación
- a lo largo del artículo. Espero comprendan la libertad que me tomo y que ésta no genere mayor incomodidad.
Para algunos el poder o habilidad de predecir
el futuro tal vez resulte el don más codiciado, más preciado en el amplio
repertorio de habilidades mágicas. Aunque no todos estén de acuerdo, en lo que
todos coinciden es que se trata de uno de los aspectos más solicitados en el
mundo brujeril, hasta el grado de que muchas tarotistas son conocidas como
brujas debido precisamente a esta capacidad o arte para ver el futuro en las
cartas – que todas ellas posean en efecto la capacidad de ver realmente en el
futuro es otro tema.
Puedo pecar de ingenuo al formular esta
pregunta…pero igual la hago. Como he dicho antes, considero que reevaluar
nuestras ideas y conceptos nos sirven de guía. Así que aquí va: ¿Para qué sirve
la Divinación?
La primera respuesta sin duda será “para ver el futuro”. Algo espectacular, si
me preguntan. Sea en amor, familia, salud, negocios o el ámbito que sea (aunque
no estoy tan seguro de cuánto hayan cambiado los temas de consulta en el ámbito
adivinatorio en estos siglos), queremos saber qué sucederá. Pero ¿qué es
exactamente lo que la adivinación muestra cuando preguntamos por el futuro?
La divinación – por el medio que se elija – permitiría
identificar los patrones que se encuentran en movimiento en el mundo como
resultado de nuestras acciones – pero por supuesto va más allá del tema de una
causa-efecto lineal. Nuestras acciones parecen ser una especie de onda que
repercuten a lo largo y ancho de las diferentes realidades y niveles,
interactuando a su vez con otras ondas, tanto las creadas por otras personas
como aquellas que son propias de dichas realidades sutiles, lo que a su vez
agita toda la red del universo, o mejor dicho, multiverso (la increíble
cantidad de universos existentes en donde existirían diferentes leyes y que
podrían bien contener cada uno diferentes futuros de acuerdo a las acciones que
tomamos ) ¿Podemos decir que saltamos de universo en universo de acuerdo a
nuestras acciones y decisiones y la divinación nos mostraría el universo hacia
el cual estaríamos dirigiéndonos, algo así como un sistema de navegación
metafísico? En este caso, la información obtenida nos permitiría alterar
aquello que no deseamos que suceda y mejorar las posibilidades de que ocurra el
resultado que sí queremos que se produzca; logrando esto tanto por medio de
nuestro actuar cotidiano y/o mágico.
En consecuencia, se afirma que la adivinación
jamás te mostrará el futuro como si estuviera escrito en piedra, sino que más
bien mostrará posibles resultados y escenarios de acuerdo al modo en que se
procede. Personalmente, la capacidad de visión en el futuro no tendría mayor
sentido si todo estuviera escrito y fuera inamovible o imposible de modificar.
Simplemente, no tendría sentido, a menos que consideremos a la divinidad como
una fuerza sádica que encontrase placer en torturar la existencia humana (algo
así como “sufrirás en el futuro y por si las dudas, te adelantamos algo de
sufrimiento”). Pero en ese caso, ¿qué hay del “Destino” y de aquellas
experiencias que supuestamente hemos venido a aprender aquí en esta existencia
durante la Tierra? ¿Acaso dicho concepto queda completamente anulado?
Destino y Libre Albedrío
Existe un dicho en algunos círculos de Brujería
Tradicional que dice que “la verdad se halla entre los cuernos” – sin ánimos de
querer avivar en las mentes de los individuos suspicaces la pregunta de “¿a qué
cuernos se refieren?”, básicamente esta
especie de rompecabezas brujeril explica que la verdad se encuentra en la
resolución de una paradoja, cuando se llega a un punto en el que dos extremos
pueden dar como resultado un balance y un conocimiento real.1 Lo que conlleva a la pregunta de cómo
integrar los conceptos de libre albedrío y Destino en nuestras vidas.
En general no creo que Libre Albedrío y Destino
sean conceptos opuestos como se nos ha enseñado. Diría más bien que ambos se
complementan. El Destino es el motivo por el que estamos aquí, y tenemos la
capacidad de decidir en qué modo actuaremos para cumplir con dicho Destino. Ir
a cualquiera de los dos extremos es simplemente una invitación al desastre – si
te inclinas exclusivamente hacia el lado de “es mi Destino y tengo que
aceptarlo y no puedo hacer nada por cambiar mi vida porque así está escrito”
entonces equivale a renunciar a tu poder (y me pregunto ¿qué Brujo o Mago querría
hacer tal cosa?). Por otro lado, asume la postura de “yo hago lo que se me dé
la gana y me olvido del resto y mando a quien me cuestione al mismísimo
infierno porque yo hago sólo lo que quiero…” y podrías preguntarte si tal actitud te estaría
sirviendo realmente de algo (en cuyo caso puede que en cierto modo esté
trabajando en equipo con tu Destino), si estás en plan de satisfacción egoísta
o si te inclinas hacia el lado autodestructivo…
La resolución de esta paradoja, que conlleva a
la pregunta de ¿para qué estamos aquí?, abre el paso a una de las funciones y
cualidades más profundas de la Divinación – el permitirnos entablar un dialogo
con lo Divino en nosotros y a nuestro alrededor. Al tomar el instrumento o
herramienta elegida (que puede ser desde el Tarot hasta las runas, pasando por
la esfera de cristal, el espejo adivinatorio y el péndulo) y reconocer su
capacidad para guiarnos y pedir ayuda y consejo a la Divinidad, podemos abrir
una vía de comunicación con los Dioses, así como con espíritus guía, guardianes
o ángeles. Todos Ellos pueden ofrecer una guía sumamente valiosa en el proceso
de descubrir nuestro Destino –el motivo por el que nos encontramos viviendo
esta vida (que te den una respuesta absolutamente clara o prefieran ofrecerte
pistas probablemente posiblemente dependa de la situación en la que nos
encontremos en nuestras vidas al momento en que formulemos la pregunta).
Alcances y
limitaciones
Según el método que se utilice, puede conocerse
no sólo el futuro, sino también el presente e incluso el pasado de una
situación – es parte de la belleza de que en algún nivel, todos los tiempos
parecen coexistir a la vez. Desde luego, esto depende de elementos como la
herramienta a utilizar y la destreza del lector. Cada método cuenta con su
propio alcance y funcionamiento, por decirlo de algún modo – las runas y el
péndulo son increíbles brindando información acerca de las fuerzas que se
encuentran en movimiento en el momento de la lectura, mientras que el Tarot
pareciera tener un mayor alcance en el futuro2 así como en el pasado.
La destreza del lector es otro elemento
importante- he escuchado gente decir que a diferencia de la clarividencia, los
diferentes métodos de divinación se basan en procedimientos mecánicos y que por
lo tanto no es necesario contar con habilidades psíquicas para utilizarlos. Si
alguien que piensa así está leyendo este artículo, con pena le diré que no
estoy de acuerdo con eso y de que no creo que tal cosa sea cierta. (De hecho
hasta creo que tal afirmación es absurda). Cierto que no todos tenemos una
capacidad clarividente digna de programa televisivo, pero en términos generales
la intuición forma parte del ser humano. Los métodos adivinatorios gradualmente
van accediendo a la capacidad psíquica e intuitiva innata de la persona que los
utiliza – y la persona elige el método con el que sintonice mejor, motivo por
el que hay personas que son excelentes con las runas pero no podrían leer el
tarot de Marsella ni aunque de ello dependiera su vida. Hay personas que
trabajan lecturas sorprendentemente acertadas con piedritas y bolitas de
colores o que son expertos trabajando con animales, pero simplemente no comprenden por qué deberían
creerle al movimiento del péndulo. Y también hay algunos que por varios motivos
parecieran no poder entender ninguna clase de método adivinatorio (mi hipótesis
es que por diferentes razones puede haber alguna clase de bloqueo en la
intuición en ese momento de su vida o que su intuición trabajaría en una manera
en la cual no necesitaría hacer uso de herramientas adivinatorias). Todo esto
pareciera dar a entender que, si bien algunos métodos son más “técnicos” que
otros, la divinación posee en efecto algo de arte, resultado de la capacidad
psíquica del lector al interactuar con la herramienta y de trabajar en modo
constante con ella y conocerla durante algún tiempo (lo que explica porqué en
algún momento necesitas deshacerte de tu manual de interpretación al momento de
hacer una lectura de cartas, por ejemplo – no basta con memorizarte los 78
significados).
Aunque existen adivinadores muy experimentados
que son capaces de descubrir gran cantidad de información acerca de una interrogante
con el método adivinatorio que utilizan, en general los practicantes estarán de
acuerdo con el hecho de que no siempre un único método ofrecerá toda la
información necesaria o deseada con respecto a una situación determinada, como
resultado tanto del alcance del método (al que ya nos hemos referido) como a la
estructura del mismo (aunque el ejemplo parezca un poco extremo, utilizar la
visión en el espejo definitivamente no funciona del mismo modo que el trabajo
con el péndulo para identificar una respuesta afirmativa o negativa). Lo que
genera la pregunta de “¿cuántos métodos adivinatorios deberé aprender?”. Parece
haber cierta preferencia – al menos en los casos que conozco – por el Tarot y
las runas, seguidos a cierta distancia por la visión en el espejo
adivinatorio (curiosamente, sólo he
conocido a una persona que se haya mostrado realmente interesada en el
aprendizaje de las hojas de coca).
¿Cuestión de
Estrategia?
Si nos ponemos prácticos en el tema – lo que
puede lograrse sin necesidad de negar el carácter espiritual del arte -, el
objetivo de la divinación es reunir información, con la cual podamos tomar las
mejores decisiones – bien sea para ayudar a hacer realidad aquello que se ha
previsto o a cambiar el rumbo que las cosas están tomando. Pero como bien hemos
aprendido, si vamos a tomar decisiones, lo mejor es contar con la mayor
cantidad de información posible (desde luego que las sorpresas existen, pero
contar con información puede ayudarnos a prepararnos). En este caso, si te
basta un único método adivinatorio para reconocer todo el panorama y todo lo
que resulta necesario hacer, excelente. Pero lo más seguro es que ese no sea
siempre el caso, y siempre pueden usarse otros métodos para confirmar y
completar la lectura inicial. Por otro lado, si andas en “modo de astucia”,
puedes usar la información reunida por medio de la divinación para confirmar lo
que sabes y aprender más al respecto. Se me ocurre al menos una persona que
haría una lectura para obtener información acerca de una posible pareja y luego
complementaría lo que sabe hablando con las amistades de dicha pareja
potencial….¿ejemplo exagerado? Tal vez, pero de nuevo, el amor siempre ha sido
un tema favorito en la divinación.
El ejemplo anterior nos conduce a un par de
interrogantes. En primer lugar, sé que más de uno estará diciendo en estos
momentos “¡eso no es ético!”. En cuestión de divinación, así como en todas las
demás cosas que hagas o dejes de hacer en tu vida, tu sentido ético define el
rumbo de acción que tomarás. Para algunos es espionaje, para otros es
simplemente una manera válida de adquirir cierta ventaja a fin de aprovechar
una oportunidad que se ha presentado. Pero el hecho de que dicho escenario
pudiera en efecto tener lugar hace evaluar nuestra visión acerca de la
divinación, en donde ya no se trata sólo de responder preguntas, sino de reunir
información para crear una estrategia – Desde esta perspectiva, el adivinador
competente tendría el potencial para convertirse en el equivalente metafísico
de un Servicio de Inteligencia.
La otra interrogante es una pregunta clásica…
volviendo al ejemplo de querer conquistar a alguien, digamos que el posible
pretendiente se la pasa suspirando por el objeto de su afecto con una pasión
sorprendente, por lo que naturalmente estaría muy involucrado en la situación y
eso posiblemente nublaría su juicio. En tal caso, ¿podría el/la enamorad@
pretendiente hacer él o ella mism@ la divinación? En versión resumida, la
respuesta sería sí. En versión elaborada, necesitaría algo más de explicación.
Por algún motivo existe la idea de que uno mismo no puede hacer su propia
lectura de tarot/runas/ huesos/ visión con el espejo/ etc; e incluso he
escuchado de que uno no DEBE hacer eso nunca, aunque no parece haber mucha
explicación al respecto, aparte de la idea de que o la divinación no funciona o
de que ocurre todo lo contrario a lo que se vio en la lectura (??!!!). Lo
cierto es que técnicamente sí es posible que tú leas para ti mismo y obtener
una lectura bastante buena y real. Ahora bien, por nuestra misma naturaleza tenemos
más dificultad para ver de manera objetiva nuestra vida en comparación con la
vida de otras personas. O bien estamos esperanzados en que la divinación
confirme nuestras esperanzas (y para algunos la esperanza puede interferir con
el desarrollo de la visión psíquica3), o bien estamos asustados por
lo que la lectura pueda revelar (y es un hecho confirmado de que la divinación
requiere de enorme valor). Pero si logramos superar estos elementos, leer para
nosotros mismos puede enseñarnos lecciones muy valiosas acerca de quiénes
somos, nuestros deseos, expectativas y debilidades, además de enseñarnos a
desarrollar la autodisciplina y el enfoque.
Dicho esto, lo cierto es que si tienes la
oportunidad de recurrir a uno o dos amigos que sean buenos en adivinación,
hazlo. Tanto para ayudar a confirmar tu lectura como por un tema de objetividad
– de nuevo, puede que otros vean no sólo detalles que tú has pasado por alto,
sino que también pueden ofrecer una perspectiva fresca y posibles vías de
solución en las que simplemente no habías pensado porque simplemente no todos
pensamos igual o hemos estado dando vueltas al mismo asunto tanto tiempo que
simplemente nos hemos encasillado. Pero, si llega el momento en que tu amigo o
amiga no puede hacer la lectura para ti, recuerda que siempre está la opción de
que tú mismo hagas la lectura, y que existe la opción de “comparar resultados”
de un métodos con los resultados de otro (Otra de las ventajas de dominar más
de una sola herramienta o técnica adivinatoria).
Algo en lo que he estado experimentando es la
creación de ritos y hechizos basándome en la lectura adivinatoria. Es cierto
que existen infinidad de correspondencias y tanta información disponible que
uno puede llegar a marearse – sé que yo lo hago. Pero por ejemplo, si deseas
crear un hechizo y la herramienta que más dominas es el Tarot, puedes tomar la
baraja en tus manos y acercarla a ti (sosteniéndola a la altura del pecho o del
entrecejo) y solicitar que la Divinidad (Diosa, Dios, Dioses) se unan a ti y
bendigan con guía y sabiduría la lectura. Explica el motivo por el que haces la
lectura y expresa tu apertura y agradecimiento por la información que recibas.
Procede con la lectura (en este ejemplo, para crear un hechizo, puedes
preguntar cuál es la mejor forma de proceder – si vale o no la pena hacer el
encantamiento - , qué herramientas pueden ser las más adecuadas, con qué
elemento de la naturaleza se obtendrán los mejores resultados… - Cuando
finalices la lectura, puedes acercar la baraja a tu pecho o entrecejo de nuevo
y agradecer a la divinidad por su presencia y su guía, y a la baraja misma por
haber sido un medio que permitió la comunicación con lo Divino. Por supuesto,
con algo de ingenio puede adaptarse dicho procedimiento básico a la herramienta
o método de divinación con el que trabajes.
Antes de terminar, una nota final: como
seguramente habrás escuchado que lo mejor es no ir a los extremos ni caer en
excesos – en el caso de la divinación este consejo se hace particularmente
necesario. Que puedas usar la adivinación para conocer el futuro, el pasado, el
presente y puedas obtener una visión más amplia de la realidad no significa que
te vuelvas dependiente de ella. ¿Quieres usar algo de guía? Genial. Pero si
descubres que necesitas consultar tu tarot, tus runas, tu péndulo o tu espejo o
invocar a un espíritu para tomar cada minúscula decisión en tu vida…hombre,
estás en problemas. Es momento de tomar un respiro y reconocer que cuentas
también con tu intuición y con tu intelecto y que puedes tomar decisiones muy
buenas con ellos. La idea de todo esto es que no renuncies a tu capacidad de
razonamiento y análisis para poner todas tus expectativas y poder de decisión
en el casillero de la adivinación. Como sucede con muchas otras cosas, podemos
tomar lo mejor de ambas (la capacidad de análisis/razonamiento/lógica/crítica y
la divinación) y usarlo a nuestro favor para crear nuestra vida, con las
decisiones que tomamos, para cumplir con nuestro Destino.
Practicante de Artes Mágicas
- Paddon, P. (2010) A grimoire for
modern cunningfolk. Pendraig Publishing.
- Curott, P. (1999) El libro de
las sombras. Robinbook: Barcelona.
- Roderick, T. (2000) Apprentice to power. The Crossing Press: Freedom, CA.
Otras Fuentes de consulta:
-
Curott,
P. (2002). Witch Crafting. Broadway Books:
Nueva York.
-
Hyperion
(2007) Episode 5 -Fate and Free will.
Theunnamedpath.com. Publicado en Marzo, 2007, recuperado en Agosto, 2012.
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