30 de julio de 2012

Proyecto de Blog Pagano: "C" es por "Cristales"




Superados los inconvenientes tecnológicos de la semana pasada (los interesados en astrología puede que quieran hacer responsable a Mercurio en retrógrado por eso), aquí está el tercer artículo del proyecto del blog pagano. Esperamos que lo disfruten.

 Nuestras preferencias y gustos de pequeños pueden ser una guía valiosa más adelante en nuestra práctica mágica. En mi caso, mi gusto por los cristales y las gemas durante mi infancia y niñez pareciera haber sido indicador de una cierta predisposición a trabajar con ellos dentro de la magia. Así, en mis juegos siempre hacía espacio para incluir la presencia o existencia o historia o al menos referencia a algún cristal especial que concedía diferentes habilidades. Mi madre, que tenía algunos pequeños cristales  o gemas sueltos, sin engarzar en joyería, en una pequeña caja sabía que en caso de que no encontrara alguna de estas gemas, había una buena posibilidad de que lo hallara en mi cuarto, en un lugar especial entre mis juguetes y mi castillo hecho con bloques de Playgo.  

Creo que para muchos de nosotros, en algún nivel, los cristales y las gemas capturan nuestra atención. Hay algo en ellos que simplemente atrae nuestra mirada hacia ellos. Aunque sea sólo porque “brilla bonito” o porque “hace una bonita joya”. Pero ahí está esa fuerza. Ahí se encuentra esa atracción, sutil pero presente. Esto posiblemente sólo se magnifique en el caso de los Brujos, Magos y Practicantes de estas Artes.

Al igual que las hierbas y flores, los cristales poseen una frecuencia vibratoria, que está en sincronía con determinadas corrientes y energías de la naturaleza. No obstante, cada uno de estos tres parece centrar sus efectos en un aspecto distinto de la vida humana. Las hierbas (al usarse sus hojas, tallos y raíces) se encuentran muy conectadas al plano físico y práctico de nuestras vidas,  mientras que las flores tienden a concentrarse en el aspecto emocional (lo que queda particular y poderosamente demostrado en el uso de la terapia floral de Bach). Los cristales, piedras y gemas contarían con una vibración más orientada al ámbito espiritual, en donde tienen finalmente su origen todas las cosas. Así, el efecto que los cristales ejercen sobre nosotros no siempre será instantáneo y muchas veces suele ser gradual, pero siempre es profundo. 1 Desde luego, cada uno de nosotros puede responder de manera diferente a la energía de un cristal de acuerdo a las propias energías y situaciones presentes en nuestras vidas – en ocasiones, las reacciones pueden ser poderosamente intensas. Por otro lado, algunos autores 2  consideran que la solidez y estabilidad de los cristales y minerales están conectadas al aspecto de la Voluntad, de la tríada de Voluntad, Amor y Sabiduría Divinas.

Como dije más arriba, cada uno de nosotros responde de diferentes maneras a la energía de los cristales. He visto gente con una gran sensibilidad ante sus vibraciones, pudiendo percibirlas sin necesidad de tocarlos, mientras  que otros han tenido cierta dificultad inicial para percibir tales energías. Reconozco que yo me encuentro en el segundo grupo.

Verás, a pesar de toda esa atracción que tenía hacia los cristales y gemas desde pequeño, la verdad es que me tomó algo de tiempo empezar a trabajar de manera activa con ellos. Iniciándome en mi práctica, recuerdo que mi fascinación parecía estar más enfocada hacia las hierbas. Cuando trataba de percibir las vibraciones de un cristal, me costaba percibirla. Leía los libros, hacía los ejercicios, pero aunque aprendía información increíblemente interesante acerca de los cristales, confieso que seguía teniendo dificultades para percibir sus energías. Algunos me dirán que no estaba listo, otros que simplemente estaba más concentrado en trabajar con otros  elementos (por ejemplo, hierbas). Otros que tal vez forzaba demasiado mi intuición y capacidad para percibir la energía. Puede que haya sido una combinación de todas  las anteriores. Pero la terquedad dio sus frutos y empecé a percibir con más facilidad las energías de un cristal. Ahora tocaba aprender a trabajar con ellos.

Los que hayan leído el artículo anterior en el que hablaba de la Bendición sabrán que al trabajar con hierbas, cristales e instrumentos mágicos, considero fundamental la formación de una alianza. Aunque puede trabajarse con un cristal o una planta simplemente cargándolo de energía y tratándolo como algo que TIENE QUE cumplir con tu voluntad porque tú se lo ordenas, confieso que no es un estilo que me guste mucho usar. Supongo que es un asunto de preferencias.

En el caso de los cristales, creo que, al igual que las hierbas y  animales, pueden convertirse en aliados en el trabajo mágico. De este modo, la magia que se desarrolla surge de una relación entre ambas partes – un acuerdo que merece ser respetado. Por tal motivo, cuando trabajo con un cristal, sea para sanación o para trabajo mágico, lo primero que me gusta hacer es presentarme y preguntarle algo acerca de él (o ella). Aunque hay gran variedad de formas para hacerlo (desde proyección mental hasta divinación, sin olvidar desde luego la variedad de guías de consulta disponibles), una técnica que suelo usar, originalmente publicada en El Poder Interior de José y Lena Stevens, consiste en tomar el cristal o mineral o gema en nuestras manos y observarlo, estudiándolo con todos los sentidos. ¿Cómo se ve? ¿Brilla o es opaca? ¿Cómo se siente al tacto: fría, caliente, cómoda al tacto? ¿Cómo suena al contacto con nuestras manos? ¿Cómo huele? ¿Cuál sería su sabor? (asegúrate de que el mineral no será tóxico antes de hacerlo, y si dudas, no la pruebes). A continuación, la saludo mentalmente (o en voz alta, según el caso) y cerrando los ojos, le pregunto qué propiedades posee, si tiene alguna información que quisiera compartir conmigo y si puedo usar sus propiedades y cómo me puede ayudar. Tanto si acepta como si no lo hace, al final le agradezco al espíritu del cristal o mineral.

Puede que, en tu pantalla mental, veas la imagen del espíritu del cristal. Puede que sea claro o difuso. Algunas piedras tienen un modo muy preciso para comunicar sus propiedades, mientras que otras suelen preferir el desfile de impresiones mentales surrealistas para expresarse. En el caso de que no entiendas algo, siéntete libre de formular la tan temida pregunta “¿qué significa eso?” (puedes ahorrarte varios dolores de cabeza preguntando, además de que cuando uno lo piensa, tienes derecho a preguntar si no entiendes o sabes algo, tanto en un sentido cotidiano como metafísico).

Mi relación con los cristales ha ido cambiando en estos años. Hace un par de años – coincidiendo con la maestría que estudiaba  - su presencia se hizo más intensa, por lo que empecé a enfocarme más en el trabajo con gemas con fines curativos (hasta el grado de estar trabajando en ello como tema de tesis). Estoy seguro de que dicha relación continuará desarrollándose. Creo que todos en un momento u otro recibimos esa “llamada” para trabajar con algo en nuestra práctica, y creo que cuando esa llamada llega, lo único que realmente funciona es responder a ella.

Practicante de Artes Mágicas

Referencias:
1.       Medici, M. (1998). Magia Natural. Robinbook: Barcelona
2.        Penczak, C. (2010). Three Rays of Witchcraft.  Copper Cauldron: New Hampshire.

Otras Fuentes de consulta:
-          Cunningham, S. (1999). Enciclopedia de cristales, gemas y metales mágicos. Llewellyn español.
-         Hall, J. (2008). La biblia de los cristales. Gaia: Madrid
-          Stevens, J. & L. (1992) El poder interior. Robinbook: Barcelona

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