Uno de los ocho Sabbats
celebrados en la actualidad por muchos practicantes de brujería, en los cuales
se produce un balance entre las energías de la luz y de la oscuridad. En el
hemisferio sur, se celebra entre el 20 y 23 de marzo.
El inicio del otoño es uno de mis
periodos preferidos del año. Hay algo que simplemente se puede respirar en el
aire – pareciera poder casi tocarse, y a la vez resulta bastante difícil de
describir. Es algo que simplemente ocurre. Curiosamente, pareciera ser también
el periodo favorito de muchos practicantes de brujería, por lo que tal vez no sea sorpresa que el periodo entre Mabon
– uno de los nombres más populares para este equinoccio – y Samhain se conozca
en ciertos círculos como la “Estación del Brujo.”
Aunque también se le conoce con
otros nombres, como Alban Elfed, el
nombre de Mabon pareciera ser el más popular. Está nombrado en honor al dios Mabon, hijo de Modron. Ambos nombres se traducen respectivamente como “Hijo” y
“Madre”, lo que puede parecer un poco redundante en un primer momento, pero
vamos que también se puede oler el carácter tan arquetípico. Vale la pena
señalar que Mabon es visto como un dios de luz, mientras que Modron puede es
vista como una figura oscura1.
La temática de la luz que nace de la oscuridad se hace presente en la relación
entre ambos dioses.
En la historia de Mabon, el dios
es raptado, siendo alejado de su madre, y conducido al Otro Mundo, en donde
permanece cautivo hasta que es rescatado por caballeros del rey Arturo. Para
encontrarlo, los caballeros deben solicitar la guía de cinco animales sagrados:
el cuervo, el ciervo, el búho, el águila y el salmón. Cada animal posee la
sabiduría de una de las grandes Eras. En la búsqueda de Mabon, resulta
necesario recuperar el conocimiento de la Primera de las Eras guardado por el
Salmón, una de sus criaturas.
Tanto el equinoccio de primavera
como el de otoño son puntos de balance
entre luz y oscuridad. Sólo que a partir de
Mabon la balanza empieza a inclinarse hacia el lado de la oscuridad. Debe
señalarse que dicho balance posiblemente no coincida con nuestra idea
tradicional de “equilibrio” – o sea, todo tranquilito y quieto. De
hecho, por ser puntos de transición el mundo espiritual parece estar bastante
activo en tales fechas, hasta el punto en que los fenómenos paranormales y
psíquicos parecieran incrementarse. Esto
puede ser aprovechado (o, como algunos prefieren, “canalizado”) con fines
prácticos en los trabajos mágicos.
La energía de este equinoccio
sigue un patrón de descenso, ya que la
energía del Mundo Medio desciende al Mundo Subterráneo (siguiendo el mito del
dios sacrificado que desciende al Inframundo). A causa de la conexión entre
humano y las demás fuerzas y mareas de la Naturaleza, el flujo de las
actividades y el modo de actuar y pensar en nosotros también parece dirigirse
hacia nuestro “otro mundo”, nuestro interior. Nuestra introspección se hace más
aguda y resulta más natural revisar maneras de pensar, de sentir y de ver la
realidad en que vivimos a fin de entender mejor quiénes somos. Esto en última
instancia la búsqueda de la sabiduría (no es coincidencia que el Salmón del
mito de Mabon se alimente de las avellanas de la Sabiduría).
El equinoccio de Otoño también ha
sido denominado como la festividad de la última cosecha, lo que puede
interpretarse literal o metafóricamente, dependiendo de nuestro estilo de vida.
La introspección característica de la fecha nos conduce a revisar nuestras
acciones. Por supuesto que no tiene que ser una introspección pasiva – podemos
revisar estrategias, actividades, planes, proyectos realizados en todo el año
pasado e identificar maneras de mejorar lo realizado, corregir errores
cometidos, seguir nutriendo lo que hemos creado. Aquí es donde un inventario de
nuestras características (lo que usualmente se conoce como cualidades y
defectos o fortalezas y debilidades – al más puro estilo FODA) es de gran
ayuda. La revisión de la propia vida le
concede a esta festividad un aire de gratitud – agradecemos por todo lo que
hemos recibido y seguiremos recibiendo.
Por sus conexiones con el Otro
Mundo, Mabon está asociado con elemento del Agua – el límite que conduce al más
allá y al mundo espiritual. Su conexión con el Agua hacen del Grial y el Caldero
dos símbolos de esta fecha. Igualmente,
también está conectado con el punto cardinal del Oeste (donde suele localizarse
el “Portal a los Ancestros”). También,
siempre por sus conexiones con el Inframundo y con la búsqueda de la Sabiduría,
se asocia con el mundo de Avalon y con las manzanas. De hecho, muchos
practicantes decoran altares con manzanas o las incluyen en sus rituales en un
modo u otro (he visto ritos que incluyen el uso de una copa con cidra de
manzana a modo de espejo divinatorio)2.
Algunas actividades clásicas de
la fecha…
Como habrás visto hasta ahora,
dos elementos que se repiten en esta fecha son la introspección y la búsqueda
de la sabiduría. Por lo tanto, algunas “prácticas de temporada” incluyen:
·
Divinación: aunque técnicamente podrías usar el
método que quieras, parece haber una preferencia por prácticas como inducción
de sueños psíquicos/proféticos y la visión divinatoria, usando espejos, esferas
de cristal o la copa de cidra arriba mencionada.
·
Viaje chamánico: Cierto que puedes visitar los
otros mundos en cualquier fecha y festividad que desees con el fin de adquirir
sabiduría y conectar con la energía de la celebración. Pero Mabon parece tener
un toque especial en este sentido. Puedes también aprovechar el flujo de
energía natural a modo de impulso, por lo que en esta ocasión un buen punto de
destino sería el Mundo Subterráneo (un viaje del cual guardo un recuerdo muy
especial tuvo lugar en esta fecha).
·
Renovación de juramentos: algunos círculos de
brujería tradicional usan la asociación del Equinoccio de Otoño con el Grial y
su poder para restaurar la vida. Siguiendo esta línea es que consideran un buen momento para renovar sus
juramentos.
·
Preparación de altares: es un momento elegido
para empezar a preparar los altares ancestrales de la temporada de Samhain.
¡Buen Equinoccio de Otoño!
Practicante de artes mágicas
1.
Cuhulain,
K. (2002). Full contact magick. Llewellyn;
St. Paul, MN.
2. Penczak,
C. (2012) City Magick. Weiser Books,
San Francisco, CA.
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