22 de diciembre de 2012

PBP: "N" es por "Neutralización"

Ok… ha sido un periodo bastante acelerado por estos lados. No sólo por el alboroto de las festividades y el fin de año que se acerca, que sin importar la religión o camino espiritual que profeses o sigas, es más seguro que afecta el ritmo de vida de todos (esto, sin olvidar el reciente tema del fin del Baktun del calendario Maya que causó también bastante movimiento en muchos sectores del mundo, incluyendo los afiches de Facebook). También ha sido un periodo bastante agitado a nivel personal. Pero creo que después de esta pausa forzada, es justo y necesario retomar el blog, aunque sea sólo para expresar algunas ideas.
Cerrado el paréntesis introductorio que explicó mi ausencia, me parece buena idea pasar al tema de este artículo: Neutralización mágica.
Una de las ideas y enseñanzas básicas en muchos sistemas y grupos mágico-espirituales consiste en la fuerza del pensamiento para lograr lo que deseamos. Es tan popular que incluso los no muy aficionados al mundo espiritual habrán escuchado sobre ello en una forma u otra – el libro de “El Secreto” toma el poder de la mente como una de las premisas fundamentales para crear el mundo que queremos vivir, aunque lo explica desde la perspectiva de “La ley de la Atracción”,  un enfoque que si bien me parece tiene su mérito, creo que sólo explica parte de la ecuación y no todo el escenario completo – el poder de nuestras mentes para dar forma a nuestras vidas va más allá del asunto de que se atraen cosas, e incluye el hecho de que la mente crea aquello que vivimos. La mente posee un poder creador.
En brujería éste es un secreto a voces. Basta escuchar o leer la frase que advierte acerca del uso correcto o incorrecto de nuestras habilidades mágicas a la hora de perseguir nuestros sueños: “Ten cuidado con lo que deseas, porque puedes conseguirlo” (dicho sea de paso, no necesitas ser brujo para haber escuchado esta frase). Claro, esto resulta muy emocionante cuando entendemos que contamos con el poder de realizar nuestros sueños. Pero si podemos dar forma tangible a las cosas maravillosas que pensamos, ¿qué sucede con los miedos, temores, angustias, preocupaciones y demás cosas que llevamos dentro?
Por ser humanos, y por el ritmo de vida que se lleva en el mundo occidental – que posiblemente te haya influenciado en más de lo que imaginas si estás usando alguna computadora para leer este artículo – tenemos un bagaje más grande de lo deseado en el departamento de “pensamientos negativos” (prefiero usar el término “perjudicial” o “dañino” en lugar de negativo porque me parece mucho más preciso). Años de programación proveniente del entorno y de nosotros mismos han ayudado a que tales ideas y formas de pensamiento se queden con nosotros, dando en muchos casos origen a los llamados “pensamientos automáticos”. En psicología, el término se usa para hacer referencia a una cadena o patrón de pensamientos inadecuados y/o distorsionados que distorsionan la visión que una persona tiene del mundo, afectando la manera en cómo se desenvuelve en el mismo y cómo se relaciona con los demás. Estos pensamientos suelen presentarse con mucha mayor fuerza en periodos o situaciones de estrés. Un ejemplo muy frecuente ocurre cuando alguien comete un error en su trabajo, el primer pensamiento que surge – incluso la primera frase que sale de sus labios – es “soy un inútil”.
La mente puede crear algo “bueno” o algo “malo”. Es algo que simplemente no puede negarse. Pero eso no significa que quedemos indefensos ante los propios pensamientos perjudiciales que parecen filtrarse en nuestra mente. Podemos usar el mismo poder de nuestra mente para transformar la situación. Una forma de hacer esto es mediante la meditación, por lo que si has estado postergando el inicio de una práctica meditativa, este es un buen momento para empezar con ella.
Otra forma consiste en neutralizar el pensamiento perjudicial o indeseado. Cuando tengamos un pensamiento que sabemos es perjudicial o queremos que no ocurra, podemos decir “neutralizo ese pensamiento” o “cancelo este pensamiento”. A algunas personas les gusta imaginar una gran “X” o el signo rojo de “prohibido” encima del pensamiento que desean cancelar. A continuación, puedes seguir con tus actividades. Muchos imaginan algún pensamiento benéfico o el escenario deseado inmediatamente después de haber cancelado el pensamiento, para “afianzar” aquello que sí se desea que tenga lugar. Otros repiten decretos o afirmaciones acerca de lo que quieren lograr. Quienes visualizan o imaginan dicha escena deseada explican que los pensamientos benéficos y “positivos” tienen una fuerza mucho mayor que los pensamientos perjudiciales o “negativos”. Igualmente, explican que debido a que la Naturaleza simplemente pareciera tener una aversión hacia el vacío, resulta mucho mejor llenar el espacio que ha quedado tras neutralizar el pensamiento indeseado con una idea o visualización constructiva, en lugar de dejarlo al azar para que posiblemente vuelva a surgir otro pensamiento perjudicial a ocupar el espacio “libre”.
Sólo una advertencia en dos partes antes de seguir adelante (ok, tal vez no sea “advertencia”, pero sí es algo que merece tenerse en cuenta). La primera parte consiste en algo que probablemente hayas oído en el pasado: la mente tiende a entender más fácilmente, en la mayoría de casos, el lenguaje afirmativo – por lo que tiende a funcionar mejor el uso de la palabra “cancelo” o “neutralizo” que, por ejemplo, usar “no quiero”.  Esto es porque se intenta llegar al subconsciente (una fuente importante de energía psíquica) en donde mucha de la programación mental que desea cambiarse/eliminarse se encuentra y que generalmente no parece entender del todo el concepto del “NO”. Por este mismo motivo es que  en hipnosis y en sugestiones se prefiere hacer uso de lenguaje afirmativo siempre que sea posible. (dicho esto y como nota adicional, existen casos en que una persona ha interiorizado tanto el uso del “NO” y la negación, que ésta se convierte en la mejor manera de acceder a su subconsciente durante la hipnosis).
La segunda parte de la “advertencia” o “aviso” está relacionada con las emociones que acompañan al proceso de neutralización de un pensamiento. En tema de comunicación, el lenguaje hablado suele tener mayor relación con la mente consciente, mientras que las imágenes, emociones e impresiones tendrían mayor conexión con el subconsciente. Claro, las palabras pueden llegar a los lugares más profundos de nuestra mente, pero el mensaje puede llegar de manera mucho más rápida y eficaz a través de imágenes y de emociones– en este caso uso el término "imágenes" en modo bastante amplio, ya que incluye no sólo lo visual, sino también lo auditivo, lo táctil, lo olfativo e incluso el sabor; así como la emoción conectada con la “imagen” (lo que explicaría por qué la preocupación de algunos por visualizar sus objetivos a la perfección y al detalle cuando trabajan hechizos. Una nota al respecto: no siempre tendrás una imagen en Alta Definición, en ocasiones basta que la imagen sugiera lo suficiente como para estimular tu emoción y agitar la energía, aunque no sea la más clara en términos “visuales”.). De hecho algunos consideran que la emoción es uno de los lenguajes por los que se comunica la magia y la neutralización a final de cuentas, es un acto de magia – parafraseando el título de un libro, es un acto de magia que ocurre en tu cabeza, lo curioso es que a veces nos olvidamos de lo grande que es nuestra cabeza.
De esto puede concluirse que es necesaria una coherencia entre el acto de neutralizar y la emoción que lo acompaña, a fin de evitar confusiones. En muchos casos, sobre todo cuando estás aprendiendo la técnica, puede que te suceda lo mismo que a mí: tenía un pensamiento o idea perjudicial (de mí mismo o de otra persona) y automáticamente me acordaba de todo lo que había leído acerca del poder de la palabra y el pensamiento, por lo que intentaba neutralizarlo con toda mi fuerza y concentración. El inconveniente es que en muchas de las ocasiones en que realizaba la técnica, el sentimiento que me acompañaba era el miedo. Miedo a lastimar a alguien. Miedo a que mis pensamientos se escaparan de mi control. Miedo a que estaba teniendo “pensamientos negativos.” No me tomó mucho tiempo darme cuenta que la neutralización no parecía serme muy útil porque empecé a sentir que tenía más miedo que de costumbre, hasta por cosas que generalmente no me generaban temor. Mi mente se había vuelto una experta en imaginar escenarios generadores de miedo.  De aquí aprendí que si neutralizaba algo, pues es mejor hacerlo con firmeza (parece tan obvio cuando lo veo en perspectiva… tampoco reclamo haber descubierto la pólvora, pero digamos que fue uno de esos pequeños momentos que te ayudan a entender varias cosas sobre ti mismo y lo que haces).
Cuando neutralizas un pensamiento o una energía – e incluso sé de gente que usa la técnica para neutralizar una posible premonición y evitar un resultado perjudicial – existe el riesgo de pensar que estás reprimiendo tus emociones o tus pensamientos, lo que generaría más conflicto interno – (claro que hay quien diga que estás alimentando tu sombra y ahí empezaría una discusión sumamente interesante sobre Jung y derivados, pero por el momento vale decir que demasiada represión podría crear más líos que beneficios. ). En muchos casos la confusión suele tener conexión con el tema de “aumentar las vibraciones” – lo que de por sí no me parece una mala idea, mientras no termines creyendo que por aumentar las vibraciones tienes que negar y reprimir todo rastro de emoción o pensamiento “oscuro” porque “no es digno de una persona espiritual”.
Diría que al neutralizar un pensamiento o idea perjudicial, no se trata tanto de negar aquello que experimentamos sino más bien de quitar el poder que una idea tenga para manifestarse. Hay quien dice que al hacer esto, es como si el pensamiento nunca hubiera tenido lugar. Si te resulta difícil creerte eso, cuando menos puedes tener la seguridad de que el pensamiento carece de fuerza suficiente para manifestarse y crear conflicto en el futuro. La neutralización tiene su momento y su lugar. Podemos usarla en nuestra vida cotidiana con grandes beneficios, pero si percibimos que existe un problema que necesita ser abordado, con emociones intensas que necesitan ser expresadas, es importante dar un espacio a éstas para manifestarse de modo seguro – esto puede pasar, por ejemplo, con un periodo de duelo ante la pérdida de un ser querido, durante el cual podemos llegar a cuestionar muchas de las creencias que tenemos acerca de la vida, la muerte y la espiritualidad -. En ese caso, hace su aparición el otro lado de la neutralización, que consiste en saber y poder expresar del mejor modo aquello que sentimos (nótese que “mejor modo” en este caso quiere decir un modo que ayude a sanar y no necesariamente aquel que pueda ser aceptado según las normas de la etiqueta), algo que no nacemos sabiendo, sino que aprendemos.
Si bien he aprendido varias cosas de esta técnica, tal vez aquella que persiste con más fuerza en mi mente es que al neutralizar un pensamiento o energía perjudicial, no estás luchando contra algo (el futuro, la vida o incluso tus propios pensamientos), sino que estás luchando por algo: luchas por aquello que deseas crear y que sabes que será el mejor escenario, eliminando las cosas o energías que pudieran interferir y causar daño y preparando el terreno para hacer realidad tu voluntad.

Ps.:  en una nota completamente diferente, ¡que pasen unas felices fiestas y un buen año nuevo!
Practicante de Artes Mágicas.

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