26 de mayo de 2012

¿CREES EN LA MAGIA? O “HARRY POTTER Y LA ESFERA DE DISPONIBILIDAD”


Nota: a más de uno le parecerá que en este artículo se aboga por creencias absurdas y/o por aquellos personajes que argumentan tener poderes increíbles cuando lo único que tienen es una increíble colección de DVDs de fantasía. Nada más lejos de la intención de este artículo. El único objetivo del autor es invitar al lector a revisar su visión de la realidad y sus propias creencias.
Está bien. Entre todas las preguntas que se le puede hacer a un practicante/ estudioso de brujería, Wicca, ocultismo, magia, vudú, alta magia, magia del caos, hechicería, etc., “¿Crees en la magia?” tal vez estaría postulada a la pregunta más tonta/absurda/ ridícula que se le puede hacer a alguien en la comunidad mágica. (Apuesto que más de uno está diciendo “claro que creo en la magia, ¡baboso!”). Incluso algunos la pueden tomar por ofensa (si la persona es de carácter susceptible es posible que interprete la pregunta como “¡¿me están llamando inmadur@ por creer en algo que se supone es para niños?!!!). Pero aguanta un poco más y verás a qué me refiero.
Hace algunos años, en mi búsqueda de información mágica, me topé con el concepto de “esfera de disponibilidad”. Básicamente, el término se refiere al rango de objetivos y de resultados que son  posibles y ‘razonables’ de alcanzar teniendo en cuenta las habilidades y recursos determinados con los que cuenta una persona.  Aunque puede aplicarse en el contexto ‘estándar’ del mundo cotidiano, es un concepto que he visto en varios foros relacionados con las prácticas mágicas.
En el ámbito de la magia y brujería una de las primeras preguntas sería “¿qué resulta posible y razonable?”. Tenemos infinidad de fuentes que nos dicen que la magia ayuda a abrir el camino y que actúa ‘presentando oportunidades’, que luego debemos aprovechar en formas mundanas – está el clásico ejemplo de que si conjuras un hechizo de amor no vas a esperar a que toque a tu puerta. Si quieres un trabajo nuevo, tienes que repartir tus hojas de vida, porque nadie te llamará de la nada para ofrecerte trabajo. Las cosas no caerán del cielo sólo porque las pidas (aunque mi experiencia me ha demostrado que a veces sí lo hacen), y te dirán que “así NO es cómo funciona la magia”.
El problema no está en si sales a clubs nocturnos todas las noches buscando conocer a ese alguien especial o si decides imprimir cerca de 500 hojas de vida, sino en la forma  en que se limita la magia, asumiendo que todo su poder radica en ‘preparar el escenario’  y que su alcance es sólo ligeramente mayor al que el mortal promedio tendría en una situación dada. Pareciera ser que en la actualidad muchos practicantes se apresuran a decir qué es y qué no es posible mediante la magia basándose sólo en lo que leen o en lo que les han dicho, antes de considerar la oportunidad de verificarlo. El riesgo más grande de esta perspectiva sería tal vez desarrollar una visión incompleta de la magia, estableciendo límites fijos e inflexibles. (Haciendo un paréntesis y antes de me acusen de haber fumado demasiado de cierta hierba, de momento sólo diré que más que seguir el consejo de “respalda tu magia en el plano físico”, creo en un “trabajo estratégico” de equipo entre acción mágica y acción en el mundo físico).
Dicen que en magia la creencia – o como algunos lo ponen, la fe -  es importante. Pero entonces, si ponemos un límite inflexible a lo que creemos que podemos hacer, ¿en qué se convierte nuestra magia?
Lo más curioso es que aquellos que deciden desafiar los límites respecto a lo que la magia puede hacer son vistos, cuando menos, como locos. Para los que crean que estoy exagerando, pongo este ejemplo. ¿Cuántos practicantes creen que al evocar a un demonio uno está realmente contactando con una entidad ajena al mago?  Ahora, ¿cuántos creen que la evocación sólo logra sacar a la superficie un aspecto del inconsciente del mago? Poniendo en pausa por un momento el asunto teológico de “‘los demonios son puro invento’ Vs. ‘los demonios son reales’” y poniéndonos en el contexto de la práctica de un mago que trabaja con espíritus de la Goetia, tenemos que los más “cuerdos” optarán por la segunda opción y mirarán con preocupación a los que aboguen por la primera opción. Miller (2008) explica que esta postura sería defendida incluso por reconocidas figuras del ocultismo, como Aleister Crowley y Lon Milo DuQuette.1 Como ves, hay contradicción en este punto, sobre todo al tener en cuenta el historial de rituales que se realizaron considerando a los demonios como entidades aparte del mago.
 En un contexto un poco más práctico, se encuentra la magia y los hechizos populares. Para muchos los hechizos y encantamientos sólo tienen poder para devolver el sentido de lo mágico a un mundo en el que pareciera que las cosas van de mal en peor, aunque el resultado del hechizo sólo sea ‘hacerte sentir bien’ y ‘recuperar la esperanza’, o que sólo funcionan por efecto placebo (que personalmente considero sumamente poderoso).  Ni qué decir de aquellos trabajos y técnicas mágicas que abordan temas más “controversiales” como controlar el clima (algo que todos en algún momento quisieron poder hacer pero que nadie se atreve a reconocer por miedo a que lo acusen de haber leído demasiados comics de la Marvel), la levitación y materialización (otro favorito que nadie desea reconocer pero que consideran más posible señalando que ‘la gente del Tibet’ puede lograrlo) y crear fuego por medio de la mente (para los que crean que ningún estudioso serio de las artes mágicas se dignaría a pensar en el desarrollo de semejante habilidad, pueden revisar el trabajo de Franz Bardon Iniciación al Hermetismo y, dentro de la Wicca, A Grimoire of Shadows, de Ed Fitch – que hasta donde sé, está fuera de edición, por lo que sólo sería posible encontrarlo en línea) (Por cierto, sobre la creación del fuego… pareciera ser que los practicantes de magia tenemos fama de pirómanos).
Creo que este asunto de la creencia en lo que la magia puede y no puede hacer está íntimamente conectado con lo que nosotros consideramos que podemos hacer y aquello que está fuera de nuestro alcance como seres humanos, tocando incluso fibras relacionadas con nuestro autoconcepto (no es coincidencia que una de las primeras concepciones que un practicante o seguidor de un camino espiritual debe superar es esa increíblemente divulgada creencia que sostiene que nuestro valor como personas depende exclusivamente de nuestros éxitos y que si fallamos en algo, entonces somos unos fracasados o inútiles). Es posible que también tenga que ver con la idea de “¿hasta qué punto me resulta útil?”. Algunos brujos creen que desarrollar una habilidad mágica del tipo “Las Nieblas de Avalon” es simpático, pero no le ven la utilidad en su vida personal. No obstante, tales casos tendrían más relación con un aspecto práctico que con un tema de creencia, y por lo tanto merecen su propio artículo.
Ciertamente, la efectividad de la magia que se practica depende de la habilidad y destreza del mago/brujo/ hechicero – incluyendo la capacidad para definir el resultado que se desea obtener, la habilidad para enfocar la Voluntad y dirigir ésta hacia la meta deseada -2. El conocimiento científico nunca viene mal e incluso puede ser muy útil (pero aunque estén realizándose descubrimientos increíbles en la ciencia moderna, sabemos que ésta no ha podido explicar en su totalidad el funcionamiento de la magia…y de hecho hay demasiadas teorías tratando de explicar el universo, pero ése es otro tema). No obstante, volvemos al mismo punto. Para expandir  el alcance de nuestro trabajo y desarrollar nuestras habilidades, llevándolas al siguiente nivel, es necesario practicar y, por qué no decirlo, fijarnos objetivos más altos y menos “fáciles” de conseguir. La única forma en que podemos lograr una verdadera destreza en nuestras habilidades (en todos los ámbitos, no sólo en el mágico) es intentándolo y desafiando nuestros propios límites. – ok, tal vez no sea el único modo, pero ciertamente es uno de los más directos y ha probado ser muy eficaz (Advertencia: expandir tu visión de lo que es posible NO TIENE porqué llevarte a lanzar el sentido común por la ventana).
Vale la pena decir en este punto que, una de las cosas que muchas veces se olvida es que con la práctica de la magia, los límites de la esfera de disponibilidad se van haciendo más flexibles y hasta permeables. Aquello que no podíamos hacer en un inicio podemos hacerlo un par de años después. Otras cosas nos tomarán más tiempo. Y algunas más no las lograremos hasta tres reencarnaciones después (ahora que si no crees en la reencarnación…tic tac, tic tac… aprovecha el tiempo que tienes). De todos modos, con cada ejercicio, técnica, hechizo, trabajo mágico que realizamos, los límites de lo posible e imposible se hacen más difusos. Nuestros recursos y el alcance de nuestras acciones se harán mayores tanto en el área mágica como en el día a día.
Si bien aún intento descifrar algunos de los detalles, mi hipótesis es que la práctica de la magia es algo orgánico. Más allá de la definición de nuestra preferencia (Crowley con “la ciencia y arte de crear cambio a voluntad” y Fortune con “el arte de cambiar la consciencia a voluntad” son dos de mis favoritas, aunque la definición de Curott en la que define a la magia como “lo que sucede cuando has encontrado lo Divino”3 me parece fascinante), creo que a medida que avanzamos, la magia se integra a nuestro ser – deja de ser algo que ‘hacemos’ y pasa a ser parte de lo que somos y de nuestra visión del mundo. Empezamos a verla como la fuerza vital que hace que el universo se mueva4. Pero sólo podremos conectar con ella si dejamos de limitarla a ‘una forma de descubrir oportunidades’ y consideramos la posibilidad de que, tal vez,  los límites de nuestra esfera de disponibilidad no son tan rígidos. (Para los que salgan con la pregunta “¿entonces la magia puede contradecir las leyes de la evolución natural y la física y la química?” pregunto… ¿Por qué la magia querría hacer eso, si todas forman parte de la misma creación? Además…con la idea de que hay múltiples universos con infinitas posibilidades…nunca se sabe).
Así que tal vez la pregunta a hacer sea “¿hasta qué punto crees en la magia?” Cada uno tendrá su respuesta, y será ésta la que determine el alcance de lo que puede y no puede hacer. Pero como todas las interrogantes que nos rompen el cerebro, ésta es una de esas preguntas que nunca parecerá tener una respuesta definitiva…
Practicante de Artes Mágicas
Fuentes de Consulta
1.       Miller, J. (2008) Magia para protegerse y combatir los hechizos. Ediciones Obelisco: Barcelona
2.       Cantrap .net The fallacy of the sphere of availability. Recuperado en mayo, 21, 2012. www.cantrap.net
3.       Curott, P. (2002). Witch Crafting. Broadway Books: Nueva York.
4.       Parma, G. (2010) By Land, Sky and Sea. Llewellyn:  Woodbury.

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