28 de marzo de 2012

UNA INTRODUCCIÓN A LA MAGIA


Lo que las brujas modernas llaman magia no tiene nada que ver con las creencias antiguas. No creo que existan personas que creen que se pueda crear tormentas o lanzar maldiciones tipo “¡que te dé paperas!”, sino que creen que los acontecimientos están controlados por una o varias mentes humanas y lo que se busca es cómo hacer contacto con ellos e influir así sobre las mentes de los otros o la propia para así crear, propiciar o intensificar un acontecimiento.
Aunque la magia ha sido repudiada por la ciencia durante siglos, han intentado estudiarla sobretodo expertos en áreas tales como la biología o psicología, no sé si por la necesidad de hacerla sucumbir ante las pruebas o por tener pruebas para creer, o tal vez por ambas, y durante esas investigaciones han encontrado similitudes entre la ciencia y las creencias neo-paganas e incluso las paganas provenientes de épocas más antiguas. Por ahora la gran diferencia es la fe que está de por medio. Pero me parece gracioso y hasta un tanto conchudo (o ‘desvergonzado’ para los que no vivan en Perú) afirmar que la magia no existe o que la magia es un engaño más que el hombre genera para llenar ese vacío de inferioridad que la realidad le deja, aunque tal vez esto sí esté relacionado en ciertas formas de religión, pero creo que sólo se aplicaría a ciertas personas obsesivas que se vuelven dependientes – o sea los famosos fans extremistas que se presentan en todo tipo de rito (sobre todo los que me vienen a despertar de mi sienta con sus Atalayas en mano)-.
Pero regresando a la Ciencia contra la Magia, recordemos que fue la magia la precursora de muchas de las ciencias que conocemos en la actualidad tales como la medicina (curar con hierbas), la astronomía (astrología) y la química (alquimia), entre otras. Esto no quiere decir que una tenga superioridad frente a la otra, como escribió Seth hace unos días: la magia, por más importante y poderosa que sea debe ser vista como un fenómeno paranormal y nunca como un técnica todopoderosa aplicable a todo entorno de nuestra vida – magia y ciencia deben ir de la mano sin tratar de exaltar la una sobre la otra (recordando que antiguamente ambas fueron una) -. Así que antes de continuar con el tema quiero decir que aquellas personas que utilizan la magia para conseguir trabajo sin salirlo a buscar o creen que con el uso exclusivo de rituales desaparecerán el cáncer no son más que fanáticos idealistas que no conseguirán nada de lo requerido. Sí hay magia, sí es posible hacer magia, pero si en el mundo real hay más de una explicación y de una opción y cuando se trata de temas complejos y vitales, es una obligación usar todos los métodos posibles (deja de sobarte con ruda y ve al doctor).
La magia actualmente, y vista desde un contexto moderno, es en este aspecto y desde el punto de vista del neopaganismo, una combinación de ciertos aspectos del ocultismo y fenómenos de la parapsicología como: Percepción extrasensorial, telepatía, hipnotismo, autosugestión, precognición, escritura automática, radiestesia, un sinfín de mancias y kinesis ( créanme que son un sinfín) y demás. por lo tanto se sobreentiende que todas las personas tienen cierto potencial paranormal que puede ser desarrollado con el aprendizaje, aunque algunas personas se empeñen en decir que nacieron con un don. Tal vez pueda ser que por ciertas actitudes y contextos en sus vidas tienen una sensibilidad no común que les facilita desarrollar estas facultades, o tal vez sea el hecho de que cada persona tiene un talento diferente – no creo que todos podamos desarrollar todo tipo de magia o habilidad paranormal por el hecho mismo de que nuestra personalidad y carácter influyen de una manera muy fuerte  -; entonces aquellas personas que tengan una inclinación determinada y que en sus vidas hayan tenido oportunidad de desarrollarlas probablemente  crean que su don o talento les sea suficiente. Incluso he llegado a escuchar sobre magia involuntaria, que es aquella que se desata cuando la persona con un supuesto poder atraviesa una crisis como en un ataque de pánico, histeria o cualquier situación que desencadene desesperación, pero fuera de las posibles e infinitas teorías científicas y dando por supuesto que eso es real, tendríamos que tener en cuenta que eso sería más una especie de ataque – mientras que el verdadero objetivo del mago es llegar a un estado en el que es capaz de tener completo control de sí mismo y en todos los planos y todos los aspectos, entendiendo las fuerzas de la naturaleza y sus leyes.
Con ese conocimiento el mago es capaz de alterar la realidad, por lo que, luego de tratar de avanzar y pasar de lo empírico a lo organizado – es decir al tratar de desarrollar una magia más poderosa que pase de adivinar, por ejemplo, quién está llamando por teléfono apenas lo escuchan sonar, o tratar de ver cosas específicas en el desarrollo de las mancias (más allá de cuál es el enamorado que te conviene u otras cosas que a veces por lógica y descarte se saben) – se darán cuenta que el talento que creen tener no basta, que es sólo una base y que no los diferencia del resto, pues cada uno tiene lo suyo y el estudio y la práctica son más que básico si en verdad se quiere trascender en estos temas. Pero también se necesita del conventículo de la fe, incluso podríamos hablar del efecto placebo y de su importancia en el desarrollo de la magia, es decir que no sólo debes creer que puedes hacer algo: debes también saber cómo, cuándo y por qué puedes hacer tal o cual cosa, y es ahí donde el ritual se importante, para que así cada miembro contribuya – si se desea hacer en grupo – o para que con el uso de herramientas se ayude a crear un clima propicio.
En sí misma la magia no tiene sentido moral alguno, pues ésta se utiliza tanto para el bien como para el mal, pero es raro ver que sean prácticas maléficas. O bueno, la moral, al ser una sucesión de virtudes adoptadas de forma personal puede ser muy diferente de una persona a otra, así que no puedo generalizar y mi opinión personal es eso, personal. Por lo tanto no puedo decir qué práctica es buena o mala, sólo puedo decir que pocas veces o casi ninguna he escuchado decir a alguien que lanzarán un maleficio o cosas similares – salvo en anuncios en periódicos donde juran y perjuran que por 100 soles le saldrá sífilis a tu jefe o tu ex regresará arrastrándose como un gusano ante ti e incluso anuncian que hacen sacrificios (¿Qué la policía no lee el periódico en este país??); o yo misma en ataques de histeria pero que nunca he llevado a la práctica. Además de todo, creo que la magia no es infalible e incluso si me pongo escéptica, puedo analizar varios ejemplos de brujería o magia de una manera racional o con el típico “nahh, mentira que lo hizo,” pero a veces el porcentaje de efectividad es tan alto como para atribuirlo a una simple casualidad y las pruebas tan convincentes como para tildar a los responsables de mentirosos – claro, esto personalmente lo he visto muy pocas veces en mi vida.
Gardner decía que hace falta una cierta aptitud para que los miembros del culto sean eficaces: “La brujería era y es un mundo que no resulta asequible a todo el mundo. A menos que tengas atracción hacia lo oculto, o tengas una sensación de lo maravilloso, un sentimiento de que puedes, durante unos minutos, escapar de este mundo a uno de hadas y duendecillos no sirve para ti.”
Lumena

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