19 de febrero de 2012

Nuestro Inicio en la Práctica… o “Yo también fui un Fluffy bunny”



Cuando comencé a estudiar brujería y magia, no tenía mucha idea de por dónde empezar. Digo, estaba seguro que habían libros sobre el tema y las páginas de internet ofrecían un mundo lleno de posibilidades en lo que a fuentes de consulta se refiere (me convertí en ávido usuario del internet a fin de aprender a usar del mejor modo posible el Avatar Search, considerado por algunos una especie de “Google” exclusivo de temas místicos y paranormales, aunque desafortunadamente ya no exista). Empecé a frecuentar foros y a inscribirme en los ya desaparecidos grupos de MSN. Admito que a mis 15 años cada descubrimiento que hacía y cada nuevo libro o información que encontraba se convertía en una especie de mina de oro  para mí.
Por supuesto, a medida que el año 2000 se acercaba, se hacía más disponible la información relacionada con el ocultismo en general, lo que llegó también a programas de documentales en canales de cable (quien recuerde el famoso canal “infinito” seguramente habrá visto más de uno de esos programas) y desde luego, a las películas y series. Sí, yo también vi “Jóvenes Brujas” (llamada en inglés “The Craft”, para los que no soportan las traducciones y cambios de títulos de películas)  y “Charmed”. Sí, también disfruté mucho – y continúo haciéndolo  - de ver la forma en que representaban la magia en tales películas y series  (creo que más de uno lo ha hecho…incluso algunos afirman que “Charmed” es para los brujos lo que “Viaje a las estrellas” es para los científicos).
La manera en cómo fui descubriendo el enfoque pagano fue una mezcla de todos estos elementos. Por un lado, inicié mi búsqueda de información de libros teniendo en cuenta que sus títulos incluyeran la palabra “magia” o hicieran referencia a “magia blanca” en lugar de “brujería”, teniendo en cuenta el consejo de una amiga de la familia que era monja y estudió parapsicología (prometo escribir sobre esto en el futuro), con el fin de evitar confusiones y terminara leyendo libros sobre Satanismo o esa edición de bolsillo del “libro de San Cipriano” que uno puede encontrar en puestos de segunda mano pero que tienen una redacción bastante dudosa, que no era lo que yo buscaba. Por otro lado, el revisar sitios web acerca de estas películas y series de brujería, magia y asociados inevitablemente me condujo, después de un rato, a referencias a una práctica real de la magia, que a su vez conducía a sitios web especializados en Wicca. De una forma bastante gradual y sin darme cuenta, me introduje más en el mundo del paganismo.
Lo admito. En mis inicios tuve muchas ideas acerca de lo que era y no era la brujería. Pensé que todos los brujos eran Wicca y creía que los verdaderos brujos eran más pacifistas que la Madre Teresa. No podía concebir que un brujo pudiera lanzar una maldición, y pensaba que debíamos estar siempre de buen humor – gracias al Cielo esto último se desvaneció cuando empecé a estudiar en la Universidad -. Creo que incluso hubo una etapa en la que consideré convertirme al vegetarianismo ÚNICAMENTE por el asunto de “no lastimar a nadie.”
Pero el tiempo pasa. Con los años, las discusiones con amigos, los libros y la revisión de cuanto sitio web pudiese encontrar, y mis buenas equivocaciones, varias cosas han cambiado. Conocí brujos que no eran Wiccanos, y conocí personas que afirmaban ser wiccanos pero que se comportaban en modo patético. Aprendí que cuando uno intenta defender a los seres que ama, tal vez tenga que considerar recurrir a una maldición. Comprendí que un elemento vital para el crecimiento y la práctica mágica es el contacto con nuestra humanidad – los aspectos claros y los oscuros. Entendí que posiblemente siempre sea omnívoro – aunque intento comer en modo más sano, lo que ya es ganancia -. Estoy seguro que las cosas seguirán cambiando. Es el diseño de la naturaleza – y por tanto, la forma en que estamos diseñados.
Si hago esta especie de confesión es porque he llegado a la conclusión de que muchos de nosotros hemos pasado en algún momento por estas etapas (si alguien no lo hizo, felicitaciones, tal vez sea la excepción que confirma la regla). Todos hemos atravesado por esas fases de confusión o de ideas erróneas que hacen parecer a la gente inmadura. Es precisamente porque en algún momento TODOS hemos sido inmaduros, o al menos hemos tenido el potencial para serlo. Es parte de nuestro crecimiento, como pasar de niño a adolescente a adulto. Con algo de suerte y guía y la disposición a querer aprender de verdad, se puede crecer, y entender mejor el mundo. Pero aunque la gente grite y se desespere, siempre van a haber gente inmadura que cause más de un dolor en la cabeza y en otras partes…
La pregunta es ¿qué hacemos? Hasta ahora se me ocurren dos ideas – o seguimos quejándonos y lamentándonos diciendo algo como “estos chicos de hoy que sólo buscan gratificación inmediata…” u ofrecemos nuestra guía. NO hablo de fundar una escuela o iglesia  (para los que piensen hacerlo, perfecto, si es que pueden hacerlo  y para los que quisieran pertenecer a una posible escuela o grupo, por favor asegúrense de que no se trata de una secta ). Hablo de que, si te encuentras en alguno de los tantos foros con un incauto que te pregunta “¿qué significa ’deosil’?”, recuerdes que hubo una época en que tú tampoco sabías que esa palabra existía.  Que si alguien entra en un grupo y dice “¿me podrían recomendar un hechizo para….?” pregúntale por qué quiere hacerlo antes de ofrecer inmediatamente tu ayuda o asesinarlo verbalmente haciéndolo sentir como un miserable por haber osado siquiera hacer una pregunta de esa clase. Que si alguien te comenta “Morrigan es una diosa de luz y paz y cabalga sobre un arco iris”  preguntes qué lo ha llevado a tal conclusión y con esa información, emitir tu juicio. (si después de eso, aún quieres despedazar a esa persona, cuando menos tendrás el escenario más claro).
Obviamente, siempre habrá alguien que parezca no entender razones – o que, de hecho no las entiende – y que preguntan más por pasar el tiempo que por interés sincero (con algo de práctica aprenderás a reconocer la diferencia entre ambos casos). Eso es otro terreno. No podemos volvernos salvadores de todo el mundo. No creo que nos corresponda hacerlo. Pero en esos casos en los que nos encontramos con gente que sí desea aprender, recordar nuestros inicios y tener presente que no siempre supimos lo que ahora sabemos puede ser de ayuda, dándonos un nuevo enfoque desde el cual actuar.
Practicante de Artes Mágicas.

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